sábado, 24 de mayo de 2014

FRANCISCO EN TIERRA SANTA: "La paz no se puede comprar. Es un don que se debe buscar pacientemente y construir artesanalmente, a través de pequeños y grandes gestos que implican nuestra vida cotidiana"

El Papa aterrizó hoy en el aeropuerto de Ammán, donde comenzó un viaje de tres días a Tierra Santa. Se trata de la primera visita a esa región y del segundo viaje al extranjero desde que asumió el pontificado. En esta ocasión Francisco llegará a Jordania, los
 Francisco se reunió con el rey Abdullah II; más tarde oficiará una misa para 40.000 personas; es la primera etapa del histórico viaje del pontífice a Tierra Santa.
Durante el vuelo que despegó puntualmente del aeropuerto de Fliumicino en Roma, el pontífice, de 77 años, prometió a todos los viajeros "un viaje laborioso". Entre otras cosas, se espera que el papa abogue por la situación de las minorías cristianas en la región y haga un llamamiento a la paz entre israelíes y palestinos y al diálogo interreligioso.


La gira tiene una indiscutida impronta argentina, al haber sido incluidos en la comitiva el rabino Abraham Skorka y el referente musulmán Omar Abboud, amigos del sumo pontífice en Buenos Aires.
 En sus primeras palabras públicas en Tierra Santa, el papa Francisco brindó un cálido discurso ante el rey Abdullah II de Jordania y pidió por la resolución de los conflictos en Medio Oriente de manera pacífica.

El pontífice dijo "constatar con dolor" la tensión que vive Medio Oriente -"un conflicto demasiado largo"-, se lamentó de la triste situación en la que viven los refugiados sirios, palestinos e iraquíes y renovó el compromiso de ayuda de la Iglesia Católica.
"Es necesaria una solución pacífica para Siria", pidió el Papa, quien agradeció a los autoridades jordanas por recibir refugiados de países limítrofes. "Este país da generosa acogida a miles de refugiados", afirmó.
El papa Francisco advirtió en Jordania que existe una urgente necesidad de acabar con el conflicto en Siria y pidió una solución justa para el conflicto entre palestinos e israelíes.
Francisco hizo también referencia a la necesidad de "una solución justa para la crisis entre israelíes y palestinos", un conflicto que atraviesa a toda la región. Y remarcó la necesidad de respetar la libertad religiosa..


Francisco en Tierra Santa 1º Discurso en Jordania
«Con la esperanza de que esta visita contribuya a incrementar y promover relaciones buenas y cordiales entre Cristianos y Musulmanes».


 En su primer discurso, en Amán, en la ceremonia de bienvenida, el Papa Francisco, empezó agradeciendo a Dios el poder comenzar su peregrinación, visitando el Reino Hachemita de Jordania – siguiendo las huellas de sus predecesores Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI – y agradeciendo al Rey Abdullah II, por sus cordiales palabras de bienvenida, y por ser conocido como «hombre de paz», con el vivo recuerdo del reciente encuentro en el Vaticano.
Abrazando al pueblo de Jordania, «tierra rica en historia y de gran significado religioso para el Judaísmo, el Cristianismo y el Islam», el Papa Bergoglio señaló que este País «acoge generosamente a una gran cantidad de refugiados palestinos, iraquíes y de otras zonas en crisis, en especial de la vecina Siria, destruida por un conflicto que está durando demasiado tiempo».
Y, alentando el reconocimiento y la ayuda de la comunidad internacional, reiteró el compromiso de la Iglesia Católica, dentro de sus posibilidades, en la asistencia a los refugiados y a los necesitados, sobre todo mediante Caritas Jordania.

Junto con «su dolor, ante las fuertes tensiones en la región medio-oriental», y «su gratitud a las autoridades jordanas», animándolas «a seguir esforzándose por lograr la tan deseada paz duradera en toda la Región», el Obispo de Roma señaló que «para esto, es necesario y urgente encontrar una solución pacífica a la crisis siria, además de una justa solución al conflicto entre israelíes y palestinos».
Luego, renovó su profundo respeto y consideración a la comunidad Musulmana, y expresó reconocimiento por el liderazgo de Su Majestad el Rey en la promoción del entendimiento de las virtudes proclamadas por el Islam y la serena convivencia entre los fieles de las diversas religiones.
Un saludo lleno de afecto dirigió también el Papa a las comunidades cristianas – ahora numéricamente minoritarias – presentes en el País desde los tiempos apostólicos, que contribuyen al bien común de la sociedad en la que están plenamente insertadas. Comunidades que pueden profesar con tranquilidad su fe, respetando la libertad religiosa, que es un derecho humano fundamental, con el anhelo firme – dijo el Obispo de Roma de que «sea tenido en gran consideración en todo Oriente Medio y en el mundo entero».

"La paz no se puede comprar. Es un don que se debe buscar pacientemente y construir artesanalmente, a través de pequeños y grandes gestos que implican nuestra vida cotidiana", aseguró hoy el papa Francisco en el marco de una misa que celebró ante miles de personas en Jordania. Más tarde visitó el lugar del bautismo de Jesús en Betania, ante el río Jordán, y concurrió a la iglesia latina para visitar a refugiados y jóvenes discapacitados.
Para el Sumo Pontífice, el camino de la paz, además, "se consolida si reconocemos que todos tenemos la misma sangre y formamos parte del género humano. Hoy invocamos con el corazón ardiente al Espíritu Santo, pidiéndole preparar el camino para la paz y la unidad", solicitó el papa desde Jordania.
Más temprano, recién llegado a ese país, advirtió que existe una urgente necesidad de terminar con el conflicto en Siria y pidió una solución justa para el conflicto entre palestinos e israelíes. En un discurso junto al rey Abdala II, el pontífice dijo "constatar con dolor" la tensión que vive Oriente Medio, al que consideró "un conflicto demasiado largo". También lamentó la triste situación en la que viven los refugiados sirios, palestinos e iraquíes, y renovó el compromiso de ayuda de la iglesia Católica. 

"La paz se consolida si reconocemos que todos tenemos la misma sangre y formamos parte del género humano". 

El papa Francisco rezó en el río Jordan y se reunió con cientos de refugiados sirios

BETANIA, JORDANIA.- Después de la misa en el estadio Internacional de Amman, el papa Francisco se trasladó hoy en automóvil a Betania, ubicada del otro lado del río Jordán, a unos 50 kilómetros de la capital jordana, donde la tradición asegura que tuvo lugar el bautismo de Jesús por Juan el Bautista.

 El Sumo Pontífice visitó el lugar del Bautismo, donde se recogió en oración silenciosa, bendijo el agua del río y firmó en el libro de honor de visitantes.
Allí en la Iglesia Latina, aún en construcción, se reunió este sábado con alrededor de 600 refugiados sirios y jóvenes con discapacidades, en su primer y activo día de visita a Tierra Santa, e instó a la comunidad internacional a "no dejarlos solos" ante la emergencia humanitaria.
"Me dirijo a la comunidad internacional para que no se deje sola a Jordania ante la emergencia humanitaria que se ha creado con la llegada de un número tan elevado de refugiados", solicitó el pontífice durante el encuentro.
Por otro lado, el pontífice manifestó que rogaba que las partes en Siria vuelvan a "la senda de las negociaciones". "Renuevo mi vehemente llamamiento a la paz en Siria", clamó tras advertir que las armas no solucionan los problemas.
"La solución, de hecho, sólo puede venir del diálogo y de la moderación, de la compasión por quien sufre, de la búsqueda de una solución política y del sentido de la responsabilidad hacia los hermanos", agregó.
"Que Dios convierta a aquellos que tienen proyectos de guerra y que se refuerce los corazones y las mentes de los operadores de paz con bendiciones", improvisó en italiano.
Firma del Papa en el Libro de honor de visitantes en el Jordán

En el sitio donde bautizaron a Jesús, el Pontífice habló ante cientos de refugiados. Reclamó al gobierno sirio volver “a la senda de las negociaciones”. Y llamó a la comunidad internacional a ayudar a Jordania con los refugiados.


 
Esta es la agenda para los días que restan en Tierra Santa:
Domingo:
Temprano a la mañana, el Papa se tomará un helicóptero que lo dejará en el aeropuerto Ben Gurion de Tel Aviv, Israel, desde donde se dirigirá a una de las ciudades con mayor carga histórica del mundo: Jerusalén. Allí se entrevistará con el Patriarca ecuménico de Constantinopla Bartolomé I, para firmar una declaración conjunta.
Más tarde, el sumo pontífice argentino festejará el quincuagésimo aniversario de la histórica reunión en Jerusalén entre el papa Pablo VI y el líder espiritual de la cristiandad ortodoxa, el patriarca Atenágoras.
Su legendario abrazo en 1964 -con el delgado Pablo casi empequeñecido por el barbudo patriarca de Constantinopla, que medía 1,90 metros- puso fin a 900 años de excomunión mutua y divisiones entre católicos y ortodoxos producto del Gran Cisma de 1054, que dividió a la cristiandad. Fue el primer encuentro entre un papa y un patriarca ecuménico desde 1437, cuando el patriarca José II tuvo que besar los pies del papa Eugenio IV como muestra de sometimiento.
"Este encuentro posibilitó el sendero hacia la reconciliación'', dijo el patriarca griego ortodoxo de Jerusalén, Teófilo III, en una entrevista reciente en su oficina de la ciudad antigua de Jerusalén.
Lunes
Durante la mañana del último día de su periplo, Francisco se verá con el Gran Muftí de Jerusalén, en el edificio del Gran Consejo en la Explanada de las Mezquitas, donde dará una misa. Además, este día contará con el punto álgido de todo su recorrido, al rezar frente al Muro de los Lamentos, conocido como el lugar más sagrado para la religión judía. Más tarde visitará el Museo del Holocausto y hará un homenaje en la tumba del fundador del sionismo, Theodor Herzl.
Para concluir su intensa agenda, el Papa tendrá una reunión con el presidente de Israel, Shimon Peres, y al primer ministro, Benjamin Netanyahu. El acto final tendrá lugar en la iglesia de Getsemaní, al lado del Huerto de los Olivos, donde hablará ante un grupo de sacerdotes de distintas entidades. La última misa de la que participará se dará en la sala del Cenáculo de Jerusalén.






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