En la antigua Roma, durante el mes de mayo se daba culto
a la diosa Maia (de ahí se deriva el nombre del mes), conocida también como
Bona Dea, diosa de la fertilidad, la castidad y la salud.
El culto a la Diosa Maia estaba ligado a la virginidad,
la fertilidad femenina y la curación.
En su templo los enfermos eran curados con hierbas
medicinales y la invocaban para pedir por su salud.
Algunos ritos estaban reservados a las mujeres, especialmente
a las vírgenes.
Durante todo el mes sus seguidores le ofrecían flores.
Las mujeres solicitaban fertilidad y abundancia en el
hogar.
Las vírgenes pedían pureza.
Cuando el Imperio Romano se hizo cristiano, le dedicó a
María el mes de mayo porque encontró en ella un modelo de mujer, esposa y
madre.
Las ofrendas antes ofrecidas a Maria se dirigieron a la
madre de Jesucristo.
Las madres acompañadas de sus hijas le ofrecían flores
durante la oración del rosario.
El mes de mayo también se eligió para celebrar la
maternidad.
En el siglo XVII, en Inglaterra, hubo una fiesta dedicada
a la Virgen en la que los niños, después de asistir a la Iglesia para venerar a
María, regresaban a sus casas con regalos para sus madres.
A esta fiesta se le llamo: Día de las Madres.
La
devoción a la Virgen de Luján, patrona de nuestro país, nació hace 382 años,
cuando en 1630 a orillas del río Luján ocurrió un prodigioso suceso que obligó
a dejar una pequeña imagen de la Santísima Virgen en ese lugar.
Una
carreta que transportaba la imagen se detuvo en los pagos de Luján y por más
intentos por moverla que se hicieron, resultó imposible. Cuando los viajeros
bajaron toda la carga, la carreta comenzó a moverse pero al subir la imagen de
la Virgen, nuevamente se detenía.
Esto fue
interpretado como un deseo de María de permanecer en el lugar. Desde entonces
la Virgen nunca se movió del lugar y se levantó una capilla que con el tiempo
se convirtió en el monumental y magnífico templo actual, uno de los santuarios
más grandes de Sudamérica y se cuenta entre los principales del mundo.
El papa
León XIII decretó la coronación pontificia de la imagen, el 8 de mayo de 1887 y
ese día pero del año 1944, el Poder Ejecutivo de la Nación declaró a la Virgen
de Luján, Patrona de las Rutas Nacionales.
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