En su Catequesis
del miércoles 10 de diciembre, en la fría mañana romana y con el árbol de
Navidad y el pesebre de la Plaza de San Pedro en construcción, el Papa Francisco anunció a los fieles
reunidos el inicio de un nuevo ciclo en las catequesis
de los miércoles para abordar el tema de la familia, motivo por el cual dedicó
la Audiencia General de hoy a explicar el reciente Sínodo de la Familia.
El Obispo
de Roma habló del Sínodo de octubre sobre “Los desafíos pastorales
de la familia en el contexto de la evangelización”.
Se
refirió a los textos del camino sinodal que continúa, todos los
cuales han sido publicados. Dijo que con “estas aportaciones, se elaboró una
Relación final, que será enviada a las Conferencias Episcopales de todo el
mundo para que preparen la próxima Asamblea ordinaria en 2015”. Y aclaró que
“los documentos “oficiales” del Sínodo son tres: la Relación final,
el Mensaje a las familias y mi Discurso conclusivo,
que espero ayuden al Pueblo de Dios”.
Francisco
dijo que
pidió sobre todo a los Padres sinodales que hablaran con franqueza y
coraje y que escucharan con humildad. Y que ninguna intervención puso en
discusión las verdades fundamentales del Sacramento del Matrimonio: la indisolubilidad,
la unidad, la fidelidad y apertura a la vida.
Y explicó
que todo se realizó bajo la presencia del Papa. Francisco agradeció el trabajo
de los Medios, realizado gracias a la Sala de Prensa Vaticana, pero
aclaró que “seguido la visión de los medios era un poco en el estilo de las
crónicas deportivas o políticas, hablaban seguido de los equipos, pro y contra,
conservadores y progresistas”.
“Ahora
iniciamos una nueva etapa, un nuevo ciclo y el tema será la familia, que se integra
en este tiempo intermedio entre dos Asambleas del Sínodo dedicadas a esta
realidad tan importante”, indicó a los miles de fieles congregados en la Plaza.
“Por
esto, antes de entrar en el recorrido sobre los diversos aspectos de la vida
familiar, hoy deseo partir precisamente de la Asamblea Sinodal del pasado mes
de octubre, que tenía este tema: ‘Los desafíos pastorales sobre la familia en
el contexto de la nueva evangelización’. Es importante recordar cómo se
desarrolló y qué produjo. Cómo fue y qué produjo”, señaló.
La
próxima XIV Asamblea General Ordinaria tendrá lugar del 4 al 25 de octubre de
2015 sobre el tema "La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y
en el mundo contemporáneo".
El Papa
concluyó pidiendo a los fieles y peregrinos presentes y a las audiencias de
Radio Vaticana y del Centro Televisivo: “Les ruego que acompañen este proceso
con la oración, pidiendo a la Virgen María que nos ayude a tomar las decisiones
pastorales más adecuadas para el bien las familias”.
El Papa Francisco
explicó durante la audiencia general qué ocurrió durante el Sínodo sobre la
Familia, cuando obispos de todo el mundo se reunieron en Roma para decidir
cómo afrontar sus desafíos.
Todos,
dijo el Papa, tenían el deber de hablar con valor y franqueza.
FRANCISCO
"En
el Sínodo no hubo censura previa. Ninguna censura. Cada uno podía... Es más,
cada uno debía decir aquello que tenía en el corazón, lo que pensaba
sinceramente”.
Francisco
explicó que en ningún momento se pusieron en duda "las verdades sobre
el matrimonio”, como su indisolubilidad o la apertura a la vida. Aun así,
añadió, sí hubo discusión.
FRANCISCO
"Pero,
Padre, ¿se pelearon los padres sinodales?' No sé si se pelearon... Pero que
hablaron fuerte, sí, de verdad, ¿eh? Y esta es la libertad, es la libertad que
hay en la Iglesia”.
El Papa
concluyó que durante el Sínodo se publicaron muchos documentos, pero que sólo
tres son "oficiales”: su discurso de clausura, el documento que
recogía las conclusiones y el mensaje final.
FRANCISCO
"Todo
se hizo público. Había transparencia. Para que se supiera todo lo que ocurría”.
El Papa
agradeció a los medios de comunicación la cobertura que hicieron del Sínodo,
pero lamentó que algunos lo trataran como una "crónica política”,
en la que dos partidos se peleaban entre ellos.
Texto
completo de la Catequesis del Papa
La Asamblea
extraordinaria
del Sínodo de los Obispos sobre la Familia
Queridos
hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Hemos
concluido un ciclo de Catequesis sobre la Iglesia. Agradecemos al Señor que nos
ha hecho recorrer este camino descubriendo la belleza y la responsabilidad de
pertenecer a la Iglesia, de ser Iglesia todos nosotros.
Ahora iniciamos
una nueva etapa, un nuevo ciclo y el tema será la familia, que se integra en
este tiempo intermedio entre dos Asambleas del Sínodo dedicadas a esta realidad
tan importante.
Por esto, antes de entrar en el recorrido sobre los
diversos aspectos de la vida familiar, hoy deseo partir precisamente de
la Asamblea Sinodal del pasado mes de octubre, que tenía este tema: “Los
desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la nueva
evangelización”. Es importante recordar cómo se desarrolló y qué produjo. Cómo
fue y qué produjo.
Durante
el Sínodo los Medios han realizado su trabajo – había mucha expectativa, mucha
atención – y les agradecemos porque lo hicieron también con abundancia. ¡Tantas
noticias, tantas! Esto fue posible gracias a la Oficina de Prensa, que cada día
hizo un briefing. Pero a menudo la visión de los Medios era un poco en el
estilo de las crónicas deportivas o políticas: se hablaba frecuentemente de dos
equipos, pro y contra, conservadores y progresistas, etc. Hoy quisiera relatar
lo que ha sido el Sínodo.
En primer
lugar, yo les pedí a los Padres sinodales que hablaran con franqueza y coraje y
que escucharan con humildad, que dijeran todo lo que tenían en el corazón ¡con
coraje! En el Sínodo no hubo censura previa, no hubo. Cada uno podía, es más,
debía decir lo que tenía en el corazón, lo que pensaba sinceramente. “Pero
padre, esto creará discusión”. Es verdad, hemos escuchado cómo
discutieron los apóstoles, el texto dice: “surgió una fuerte discusión”.
Gritaban entre ellos los apóstoles, ¡sí! Porque buscaban la voluntad de Dios
sobre los paganos, si podían entrar en la Iglesia o no. Era una cosa nueva.
Siempre cuando se busca la voluntad de Dios en una asamblea sinodal hay
diversos puntos de vista y discusión. ¡Y aquello no es una cosa fea! Siempre
que se haga con humildad y con ánimo de servicio a la asamblea de los hermanos.
Hubiera sido una cosa mala la censura previa. No, no. Cada uno
debía decir lo que pensaba. Después de la Relación inicial del Card. Erdö, hubo
un primer momento, fundamental, en el cual todos los Padres pudieron hablar y
todos escucharon. Y era edificante aquella actitud de escucha que tenían los
Padres. Un momento de gran libertad, en el cual cada uno expuso
su pensamiento con parresía y con confianza. Como base de las intervenciones
estaba el “Instrumento de trabajo”, fruto de la precedente consultación de toda
la Iglesia. Y aquí tenemos que agradecer a la Secretaría del Sínodo por el gran
trabajo que realizó ya sea antes que durante la Asamblea. De verdad han sido
muy buenos.
Ninguna
intervención puso en discusión las verdades fundamentales del Sacramento
del Matrimonio, ninguna intervención, es decir: la indisolubilidad,
la unidad, la fidelidad y la apertura a la vida (cfr Conc.
Ecum. Vat. II, Gaudium et spes, 48; Código de Derecho Canónico, 1055-1056).
Esto no ha sido tocado.
Todas las
intervenciones fueron recogidas y así se llegó al segundo momento, es decir, un
borrador que se llama la Relación después de la discusión.
También esta Relación fue desarrollada por el Cardenal Erdö, articulada en tres
puntos: la escucha del contexto y de los desafíos de la familia; la mirada fija
en Cristo y el Evangelio de la familia; la confrontación con las perspectivas
pastorales.
Sobre
esta primera propuesta de síntesis se llevó a cabo la discusión en los grupos,
que fue el tercer momento. Los grupos, como siempre, estaban separados por
idiomas, porque es mejor así, se comunica mejor: italiano, inglés, español y
francés. Cada grupo al final de su trabajo presentó una relación y todas
las relaciones de los grupos fueron publicadas inmediatamente. Todo fue dado,
había transparencia para que se supiera lo que sucedía.
A ese
punto - el cuarto momento – una comisión examinó todas las sugerencias que
surgieron de los grupos lingüísticos y se realizó la Relación final, que
mantuvo el esquema anterior - escucha de la realidad, la mirada en el Evangelio
y el compromiso pastoral - pero ha tratado de acoger el fruto de las discusiones
en los grupos. Como siempre, también fue aprobado un Mensaje final del Sínodo,
más breve y más divulgativo respecto a la Relación.
Este fue
el desarrollo de la Asamblea sinodal. Algunos de ustedes pueden
preguntarme: “Pero, padre, ¿han peleado los padres?” No sé si han peleado, pero
que han hablado fuerte sí, de verdad. Y esta es la libertad, es justamente la
libertad que hay en la Iglesia. Todo ocurrió “cum Petro et sub Petro”,
es decir, con la presencia del Papa, que es garantía para todos de libertad y de
confianza, y garantía de la ortodoxia. Y al final, con una intervención mía, di
una lectura sintética de la experiencia sinodal.
Por lo
tanto, los documentos oficiales que salieron del Sínodo son tres: el Mensaje
final, la Relación final y el Discurso conclusivo
del Papa. No hay otros.
La
Relación final, que fue el punto de llegada de toda la reflexión de las
diócesis hasta aquel momento, fue publicada ayer y se envía a las Conferencias
Episcopales, que la discutirán en vistas de la próxima Asamblea, aquella
Ordinaria, en octubre de 2015. Digo que ayer fue publicada – ha sido publicada
antes- pero ayer fue publicada con las preguntas que se hacen a las
conferencias episcopales: se convierte en Lineamenta del próximo Sínodo.
Debemos
saber que el Sínodo no es un parlamento: viene el representante
de esta Iglesia, de esta Iglesia, de aquella Iglesia…No, no es esto. Viene sí,
un representante, pero la estructura no es parlamentaria, es totalmente
diferente: el Sínodo es un espacio protegido para que el Espíritu Santo pueda
obrar; no hubo enfrentamiento entre facciones, como en el parlamento – eso es
lícito en un parlamento - sino un confronto entre los Obispos, que llegó
después de un largo trabajo de preparación y que ahora continuará en otro
trabajo, para el bien de la familia, de la Iglesia y de la sociedad. Es un
proceso, es el normal camino sinodal. Ahora esta Relatio, regresa a las
Iglesias particulares y continúa en esas Iglesias el trabajo de oración,
reflexión y discusión fraterna con el fin de preparar la próxima Asamblea. Esto
es el Sínodo de los Obispos. Lo confiamos a la protección de la Virgen, nuestra
Madre. Que ella nos ayude a seguir la voluntad de Dios tomando las decisiones
pastorales que ayuden más y mejor a la familia. Les pido que acompañen este
proceso sinodal, hasta el próximo Sínodo, con la oración. Que el Señor nos
ilumine, nos haga ir hacia la madurez de aquello que debemos decir a todas las
Iglesias como Sínodo. Y para esto es importante su oración. Gracias.
Texto
completo de la Catequesis pronunciada por el Papa en
español
Queridos
hermanos y hermanas,
La
Asamblea sinodal extraordinaria del pasado mes de octubre trató sobre “Los
desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización”. Un
Sínodo no es un parlamento donde debaten diversos partidos o grupos de poder,
sino un espacio privilegiado y protegido de comunión, en el que actúa el
Espíritu Santo.
Con este
convencimiento, pedí a los Padres sinodales que no tuviesen reparo en hablar
con franqueza y libertad, escuchando a los demás con respeto y humildad. No hubo
censura previa.
El
Documento de trabajo, fruto de la consulta a toda la Iglesia, fue la base de la
primera Relación, previa al diálogo fraterno que se produjo en el Aula sinodal,
sin poner jamás en duda las verdades fundamentales del sacramento
del matrimonio: la indisolubilidad, la unidad, la fidelidad y la
apertura a la vida.
Seguidamente,
los grupos lingüísticos trabajaron a partir de una segunda Relación que recogía
las diversas opiniones manifestadas en el Aula. Y, con estas aportaciones, se
elaboró una Relación final, que será enviada a las Conferencias
Episcopales de todo el mundo para que preparen la próxima Asamblea ordinaria en
2015.
Por
tanto, aunque todos estos pasos han sido publicados, los únicos documentos
“oficiales” del Sínodo son tres: la Relación final, el Mensaje a las
familias y el Discurso conclusivo del Papa, que espero ayuden al Pueblo de
Dios.
Saludo a
los peregrinos de habla española, venidos de España, México, Argentina y otros
países latinoamericanos.
Queridos
hermanos, el camino sinodal continúa.
Les ruego que acompañen este proceso con
la oración, pidiendo a la Virgen María que nos ayude a tomar las decisiones
pastorales más adecuadas para el bien las familias. Gracias.
''El amor
es nuestra misión.
La
familia plenamente viva'',
tema del
VII
Encuentro Mundial de las Familias
Ciudad del Vaticano, 10 diciembre 2014 (VIS).-
El
VII Encuentro Mundial de las Familias se llevará a cabo del 22 a 27 septiembre
de 2015 en Filadelfia (Estados Unidos) y su tema será "El amor es nuestra
misión. La familia plenamente viva ". Lo anuncia el Papa -que confirma su
participación en el evento- en una carta dirigida al obispo Vincenzo Paglia,
Presidente del Consejo Pontificio para la Familia.
''La misión de la familia cristiana, hoy como
ayer -escribe el Pontífice- es anunciar al mundo, con la fuerza del Sacramento
nupcial, el amor de Dios. A partir de este mismo anuncio nace y se constituye
una familia viva cuyo dinamismo humano y espiritual tiene como fulcro el amor.
Si, como decía San Ireneo: "Gloria Dei vivens homo", también una
familia que, con la gracia del Señor, vive plenamente su vocación y su misión
le da gloria''.
Francisco recuerda que durante el reciente
sínodo se individuaron las cuestiones más urgentes que interpelan a la familia
en la actualidad y subraya que no se puede ''calificar a una familia con
conceptos ideológicos, ni hablar de familia conservadora y familia progresista
¡La familia es la familia!'' ya que ''sus valores y virtudes, sus verdades esenciales,
son los puntos fuertes sobre los que se apoya el núcleo familiar y no pueden
ponerse en discusión''. A lo que estamos llamados es, en cambio, a ''revisar
nuestro estilo de vida que siempre está expuesto al riesgo de contagiarse con
una mentalidad mundana - individualista, consumista, hedonista - y a
reencontrar siempre de nuevo el camino maestro para vivir y proponer la
grandeza y la belleza del matrimonio y la alegría de ser familia y de hacer
familia''.
Tanto las indicaciones de la Relación Final del
Sínodo como las directrices de la próxima asamblea de 2015 ''invitan a
proseguir el anuncio del Evangelio del matrimonio y de la familia y a
experimentar las propuestas pastorales en el contexto social y cultural en que
vivimos. Los desafíos de este contexto, nos llevan a ampliar el espacio del
amor fiel, abierto a la vida, a la comunión, a la misericordia, a la división y
la solidaridad'', concluye Francisco, que exhorta a los cónyuges, a los
sacerdotes, a las asociaciones a ''dejarse guiar por la Palabra de Dios sobre
la que se asientan los fundamentos del santo edificio de la familia Iglesia
doméstica y familia de Dios''.
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