Al presidir la Misa de Acción de Gracias por su elección como nuevo Pontífice ante todos los cardenales electores, el Papa Francisco pronunció su primera homilía y les explicó que "sino confesamos a Jesucristo, la cosa no va. Nos convertiremos en una ONG que da pena pero no en la Iglesia, esposa del Señor".
Desde la Capilla Sixtina, donde ayer fue elegido como el Pontífice número 266 de la Iglesia Católica, el Papa Francisco reflexionó sobre las lecturas de la liturgia de hoy y dijo con claridad, citando al converso Leon Bloy, que "quien no predica al Señor predica al Diablo".
El Santo Padre, en una breve homilía espontánea que duró aproximadamente 7 minutos, señaló que "podemos caminar lo que queramos, podemos edificar muchas cosas, pero sino confesamos a Jesucristo, la cosa no va. Nos convertiremos en una ONG que da pena, pero no en la Iglesia, esposa del Señor".
"Cuando no se camina, uno se detiene. ¿Cuándo no se edifica sobre piedras, qué cosa sucede? Sucede lo que sucede a los niños en la playa cuando hacen castillos de arena, todo se cae y no hay consistencia".
El Papa, relacionando las tres lecturas de hoy, dijo que lo que las une "es el movimiento. En la primera lectura el movimiento es el camino, en la segunda lectura, el movimiento es la edificación de la Iglesia, en la tercera, el Evangelio, el movimiento está en la confesión. Caminar, edificar, confesar".
ORACIÓN POR EL PAPA
Oh Jesús, Rey y Señor de la Iglesia:
renuevo en tu presencia mi adhesión
incondicional
a tu Vicario en la tierra, el Papa.
En él Tú has querido
mostrarnos el camino seguro y cierto
que debemos seguir en medio de la
desorientación,
la inquietud y el desasosiego.
Creo firmemente que por medio de él Tú nos gobiernas,
Creo firmemente que por medio de él Tú nos gobiernas,
enseñas y santificas, y bajo su
cayado
formamos la verdadera Iglesia: una, santa, católica y apostólica.
Concédeme la gracia de amar, vivir y propagar
Concédeme la gracia de amar, vivir y propagar
como hijo fiel sus enseñanzas.
Cuida su vida, ilumina su inteligencia, fortalece su espíritu,
defiéndelo de las calumnias y de la maldad.
Aplaca los vientos erosivos
de la infidelidad y la desobediencia,
y concédenos que, en torno a él,
tu Iglesia se conserve unida, firme en el creer y en el obrar,
y sea así
el instrumento de tu redención.
Así sea.
Así sea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario