Con gran
gozo, celebramos hoy la MANIFESTACIÓN DE DIOS,
el deseo profundo de nuestro Padre de hacerse visible, cercano y palpable. En
Belén, junto a los Magos, descubrimos el rostro de un Dios que es niño,
que no es Mesías guerrero, sino pacificador. Dios se manifiesta en Jesús para
acercarse a nosotros, abrirnos su corazón y meternos dentro de él, para que
participemos de su vida y misión.
Éste es
el regalo que hoy el Señor quiere hacernos a cada uno de nosotros: celebrar y
ser conscientes de nuestra fe, participar de su cuerpo y descubrir su rostro y
amor de Padre.
El
evangelista nos narra la aventura de los reyes que, desde sus lejanos países,
se dejan guiar por la luz de una estrella que les seduce y les conduce al
encuentro con el Niño-Dios. Nosotros, sea cual sea nuestra situación y
condición, pertenecemos al mundo de los privilegiados. Dios se quiere
manifestar personalmente a cada uno de nosotros.
El Papa Francisco llamó hoy a meditar sobre los Reyes Magos,
"modelos de conversión a la verdadera fe" que dieron mayor crédito a
la "bondad de Dios", representada en un Niño "en pañales",
que al "aparente esplendor del poder" del rey Herodes.
Miles de peregrinos han estado a las 12 del mediodía en la Plaza de San Pedro de Roma para rezar el Ángelus con el Papa Francisco en el día de la Epifanía del Señor. Por la mañana el Pontífice había celebrado la Santa Misa en la Basílica Vaticana.
Antes de la oración mariana recordó a los presentes la figura de los Magos de Oriente y lo que representan en la historia de la Iglesia, ya que ellos vinieron desde muy lejos “para adorar al recién nacido Rey de los Judíos y Salvador, y para ofrecerle dones simbólicos”, y esto representa la universalidad de la Iglesia, “Él no reserva su amor a algunos privilegiados, sino que lo ofrece a todos”, explicó Francisco.
Con esta idea nos recuerda que nosotros, como los Reyes Magos, también debemos buscar a Dios distinguiendo la estrella. “La estrella que es capaz de guiar a todo hombre a Jesús es la Palabra de Dios: ella es la luz que orienta nuestro camino, nutre nuestra fe y la regenera”. Así nos invita a leer y meditarla cada día, para que sea como una llama, y nos ayude a aclarar nuestros pasos”.
Francisco dedicó un saludo especial a los hermanos y a las hermanas del Oriente cristiano, católicos y ortodoxos, muchos de los cuales celebran este miércoles la Navidad del Señor. Además quiso subrayar también que este 6 de enero se celebra la Jornada Mundial de la Infancia Misionera. “Es la fiesta de los niños que viven con alegría el don de la fe y rezan para que la luz de Jesús llegue a todos los niños del mundo”. Así alentó a los educadores a cultivar en ellos “el espíritu misionero” para que sean anunciadores del amor de Dios.
El Santo Padre invitó a los presentes a repetir varias veces que la vida es "caminar atentos, incansables y valerosos". Saludó detenidamente a los peregrinos llegados a la Plaza de San Pedro desde diferentes partes del mundo, un total aproximadamente de 50.000 personas.
Texto completo de la alocución del Papa antes de rezar el Ángelus
Queridos
hermanos y hermanas,
¡buenos días! ¡Buena Fiesta!
En la noche
de Navidad hemos meditado sobre la visita a la gruta de Belén de algunos
pastores pertenecientes al pueblo de Israel; hoy en la solemnidad de la
Epifanía, hagamos memoria de la llegada de los Reyes Magos, que vinieron de
Oriente para adorar al recién nacido Rey de los Judíos y Salvador universal, y
para ofrecerle dones simbólicos. Con su gesto de adoración, los Reyes Magos dan
testimonio que Jesús ha venido a la tierra para salvar no un solo pueblo, sino
todas las personas.
Por lo tanto, en la fiesta de hoy nuestra mirada se amplía
al horizonte del mundo entero para celebrar la “manifestación” del Señor a
todos los pueblos, es decir, la manifestación del amor y de la salvación
universal de Dios. Él no reserva su amor a algunos privilegiados, sino que lo ofrece
a todos. Así como es Creador y Padre de todos, del mismo modo quiere ser el
Salvador de todos. Por esto, estamos llamados a nutrir siempre gran confianza y
esperanza por toda persona y por su salvación: también ellos, que nos parecen
alejados del Señor son seguidos – o mejor “perseguidos” – por su amor
apasionado, su amor fiel y también humilde. ¡Porque el amor de Dios es humilde,
tan humilde!
El relato
evangélico de los Reyes Magos, describe su viaje desde Oriente como un viaje
del alma, como un camino hacia el encuentro con Cristo. Ellos están atentos a
los signos que indican la presencia; son incansables en el enfrentar las
dificultades de la búsqueda; son valientes en el deducir las consecuencias de
vida que derivan del encuentro con el Señor. Es decir, la vida es esto: la vida
cristiana es caminar siendo atentos, incansables y valerosos. ¡Así camina un
cristiano! Caminar atento, incansable y valeroso. La experiencia de los Reyes
Magos evoca el camino de todo hombre hacia Cristo. Como los Reyes Magos,
también para nosotros buscar a Dios quiere decir caminar – y como decía:
atento, incansable y valeroso - fijando el cielo y distinguiendo en el signo
visible de la estrella, el Dios invisible que habla a nuestro corazón. La
estrella que es capaz de guiar todo hombre a Jesús es la Palabra de Dios.
Está en la Biblia, en los Evangelios. La Palabra de Dios es la luz que orienta
nuestro camino, nutre nuestra fe y la regenera. Es la Palabra de Dios que
renueva continuamente nuestros corazones, nuestras comunidades. Por lo tanto,
no olvidemos leerla y meditarla cada día, para que se transforme para
cada uno en una llama que llevamos dentro de nosotros para iluminar nuestros
pasos, y también aquellos de quién camina junto a nosotros, que quizás le
cuesta encontrar el camino hacia Cristo. Siempre con la Palabra de Dios. La
Palabra de Dios a mano: un pequeño Evangelio en el bolsillo, en la cartera,
siempre, para leerlo. No se olviden de esto: ¡siempre conmigo la Palabra de
Dios!
En este
día de la Epifanía, nuestro pensamiento se dirige también a los hermanos y a
las hermanas del Oriente cristiano, católicos y ortodoxos, muchos de los cuales
celebran mañana la Navidad del Señor. A ellos les llegue nuestra afectuosa
felicitación.
Me gusta
luego recordar que hoy se celebra la Jornada Mundial de la Infancia Misionera.
Es la fiesta de los niños que viven con alegría el don de la fe y rezan para
que la luz de Jesús llegue a todos los niños del mundo. Aliento a los
educadores a cultivar en los pequeños el espíritu misionero. Que no sean niños
y jóvenes cerrados, sino abiertos; que vean un gran horizonte, que su corazón
siga adelante, hacia el horizonte, para que nazcan entre ellos testigos de la
ternura de Dios y anunciadores del Evangelio.
Nos
dirijamos ahora a la Virgen María e invoquemos su protección sobre la Iglesia
Universal, para que difunda en el mundo entero el Evangelio de Cristo, Lumen
gentium, luz de todos los pueblos. Y que Ella nos haga estar siempre más en
camino, nos haga caminar y en el camino, ser atentos, incansables y valerosos.
Saludos
del Papa al finalizar la oración mariana
Queridos
hermanos y hermanas,
Los
saludo a todos ustedes, romanos y peregrinos, renovando el deseo de paz y de
todo bien en el Señor.
Saludo a
los fieles venidos de Aachen (Alemania), de Kilbeggan (Irlanda), y a los
estudiantes de Northfield - Minnesota (Estados Unidos); los confirmandos de
Romano de Lombardía y sus padres; los fieles de Biassono, Verona, Arzignano,
Acerra y de algunas Diócesis de Puglia; y los jóvenes de la Obra de Don Orione.
Un saludo
especial a cuantos dan vida al desfile histórico-folclorístico que este año
está dedicado al territorio de los Municipios de Segni, Artena, Carpineto
Romano, Gorga y Montelanico.
Y
acuérdense bien: la vida es un caminar, caminar siempre, buscando a Dios.
Caminar atentos, incansables y valerosos. Y falta una cosa, falta una cosa:
atentos, incansables y valerosos y... ¿qué falta? ¡Caminar con la luz! ¿ Y
quién es la luz? El Evangelio, la Palabra de Dios. Siempre con el Evangelio en
el bolsillo, en la cartera, para leerlo, siempre con nosotros. Caminar atentos,
incansables, valerosos y con la luz de la Palabra de Dios.
A todos
les deseo una buena Fiesta. No se olviden de rezar por mí. ¡Buen almuerzo!
¡Hasta pronto!
FUENTE:
Cuanto más clara es la estrella,
más visible se hace el camino;
cuanto más manifiesto se hace Cristo para todos,
más apremiante es la llamada a
reconocerlo
LA PROFESIÓN DE LA FE
SEGUNDA SECCIÓN:
LA PROFESIÓN DE LA FE CRISTIANA
CAPÍTULO SEGUNDO
CREO EN JESUCRISTO, HIJO ÚNICO DE DIOS
ARTÍCULO 3
"JESUCRISTO FUE CONCEBIDO POR OBRA Y GRACIA
DEL ESPÍRITU SANTO Y NACIÓ DE SANTA MARÍA VIRGEN"
Párrafo 3
LOS MISTERIOS DE LA VIDA DE CRISTO
Los misterios de la infancia
de Jesús
528 La Epifanía es
la manifestación de Jesús como Mesías de Israel, Hijo de Dios y Salvador del
mundo. Con el bautismo de Jesús en el Jordán y las bodas de Caná (cf. Solemnidad
de la Epifanía del Señor, Antífona del "Magnificat" en II
Vísperas, LH), la Epifanía celebra la adoración de Jesús por unos
"magos" venidos de Oriente (Mt 2, 1) En estos
"magos", representantes de religiones paganas de pueblos vecinos, el
Evangelio ve las primicias de las naciones que acogen, por la Encarnación, la
Buena Nueva de la salvación. La llegada de los magos a Jerusalén para
"rendir homenaje al rey de los Judíos" (Mt 2, 2) muestra que
buscan en Israel, a la luz mesiánica de la estrella de David (cf. Nm 24,
17; Ap 22, 16) al que será el rey de las naciones (cf. Nm 24,
17-19). Su venida significa que los gentiles no pueden descubrir a Jesús y
adorarle como Hijo de Dios y Salvador del mundo sino volviéndose hacia los
judíos (cf. Jn 4, 22) y recibiendo de ellos su promesa mesiánica tal
como está contenida en el Antiguo Testamento (cf. Mt 2, 4-6). La
Epifanía manifiesta que "la multitud de los gentiles entra en la familia
de los patriarcas"(San León Magno, Sermones, 23: PL 54, 224B ) y
adquiere la israelitica dignitas (la dignidad israelítica)
(Vigilia pascual, Oración después de la tercera lectura: Misal Romano).
PRIMERA SECCIÓN:
LA ECONOMÍA SACRAMENTAL
CAPÍTULO SEGUNDO
LA CELEBRACIÓN SACRAMENTAL DEL MISTERIO PASCUAL
ARTÍCULO 2
DIVERSIDAD LITÚRGICA Y UNIDAD DEL MISTERIO
Tradiciones litúrgicas y catolicidad de la Iglesia
Liturgia y culturas
1204 Por tanto, la celebración de la liturgia debe corresponder al genio y a la cultura de los diferentes pueblos (cf SC 37-40). Para que el Misterio de Cristo sea "dado a conocer a todos los gentiles para obediencia de la fe" (Rm 16,26), debe ser anunciado, celebrado y vivido en todas las culturas, de modo que éstas no son abolidas sino rescatadas y realizadas por él (cf CT 53). La multitud de los hijos de Dios, mediante su cultura humana propia, asumida y transfigurada por Cristo, tiene acceso al Padre, para glorificarlo en un solo Espíritu.
No hay comentarios:
Publicar un comentario