La Iglesia recuerda, en el día de los trabajadores, a san José, obrero. . Hombre fiel y justo, padre de Jesús aquí en la tierra, Trabajador incansable, modelo de perseverancia y humildad.
Celebramos al padre nutricio de Jesús, justo y humilde carpintero de Nazaret, que pasa la vida no sólo en la meditación y la oración, sino también en las fatigas de su artesanía.
José es el símbolo de la prudencia, del silencio, de la generosidad, de la dignidad y de la aplicación en el trabajo; también lo es de los derechos y de los deberes respecto del trabajo.
San José fue un auténtico obrero en el pleno sentido de la palabra, y el único hombre que compartió con el Hijo de Dios la tarea de todos los días.
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGUN SAN MATEO
Mateo
13, 54-58
GLORIA A TI SEÑOR!
En aquel tiempo, fue Jesús a su ciudad y se puso a enseñar en la
sinagoga. La gente decía admirada: -«¿De dónde saca éste esa sabiduría y esos
milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos
Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de
dónde saca todo eso?» Y aquello les resultaba escandaloso. Jesús les dijo:
-«Solo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta.» Y no hizo allí
muchos milagros, porque les faltaba fe.
PRIMERA
PARTE
LA SEGUNDA SECCIÓN:
LA PROFESIÓN DE LA FE CRISTIANA
LA SEGUNDA SECCIÓN:
LA PROFESIÓN DE LA FE CRISTIANA
CAPÍTULO
SEGUNDO
CREO EN JESUCRISTO, HIJO ÚNICO DE DIOS
CREO EN JESUCRISTO, HIJO ÚNICO DE DIOS
ARTÍCULO
2
“Y EN JESUCRISTO, SU ÚNICO HIJO, NUESTRO SEÑOR”
“Y EN JESUCRISTO, SU ÚNICO HIJO, NUESTRO SEÑOR”
II. Cristo
437 El ángel anunció a los pastores el nacimiento de
Jesús como el del Mesías prometido a Israel: "Os ha nacido hoy, en la
ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor" (Lc 2, 11).
Desde el principio él es "a quien el Padre ha santificado y enviado al
mundo"(Jn 10, 36), concebido como "santo" (Lc 1,
35) en el seno virginal de María. José fue llamado por Dios para "tomar
consigo a María su esposa" encinta "del que fue engendrado en ella
por el Espíritu Santo" (Mt 1, 20) para que Jesús "llamado
Cristo" nazca de la esposa de José en la descendencia mesiánica de David (Mt
1, 16; cf. Rm 1, 3; 2 Tm 2, 8; Ap 22, 16).
LA PROFESIÓN DE LA FE CRISTIANA
CAPÍTULO SEGUNDO
CREO EN JESUCRISTO, HIJO ÚNICO DE DIOS
ARTÍCULO 3
"JESUCRISTO FUE CONCEBIDO POR OBRA Y GRACIA
DEL ESPÍRITU SANTO Y NACIÓ DE SANTA MARÍA VIRGEN"
Párrafo 2
“... CONCEBIDO POR OBRA Y GRACIA DEL ESPÍRITU SANTO,
NACIÓ DE SANTA MARÍA VIRGEN”
488 "Dios envió a su Hijo" (Ga 4, 4), pero para "formarle un cuerpo" (cf. Hb 10, 5) quiso la libre cooperación de una criatura. Para eso desde toda la eternidad, Dios escogió para ser la Madre de su Hijo a una hija de Israel, una joven judía de Nazaret en Galilea, a "una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María" (Lc 1, 26-27):
«El Padre de las misericordias quiso que el consentimiento de la que estaba predestinada a ser la Madre precediera a la Encarnación para que, así como una mujer contribuyó a la muerte, así también otra mujer contribuyera a la vida» (LG 56; cf. 61).
497 Los relatos evangélicos (cf. Mt 1, 18-25; Lc 1, 26-38) presentan la concepción virginal como una obra divina que sobrepasa toda comprensión y toda posibilidad humanas (cf. Lc 1, 34): "Lo concebido en ella viene del Espíritu Santo", dice el ángel a José a propósito de María, su desposada (Mt 1, 20). La Iglesia ve en ello el cumplimiento de la promesa divina hecha por el profeta Isaías: "He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo" (Is 7, 14) según la versión griega de Mt 1, 23.
Los misterios de la vida oculta de Jesús
530 La Huida a Egipto y la matanza de los inocentes (cf. Mt 2, 13-18) manifiestan la oposición de las tinieblas a la luz: "Vino a su Casa, y los suyos no lo recibieron"(Jn 1, 11). Toda la vida de Cristo estará bajo el signo de la persecución. Los suyos la comparten con él (cf. Jn 15, 20). Su vuelta de Egipto (cf. Mt 2, 15) recuerda el éxodo (cf. Os 11, 1) y presenta a Jesús como el liberador definitivo.
532 Con la sumisión a su madre, y a su padre legal, Jesús cumple con perfección el cuarto mandamiento. Es la imagen temporal de su obediencia filial a su Padre celestial. La sumisión cotidiana de Jesús a José y a María anunciaba y anticipaba la sumisión del Jueves Santo: "No se haga mi voluntad ..."(Lc 22, 42). La obediencia de Cristo en lo cotidiano de la vida oculta inauguraba ya la obra de restauración de lo que la desobediencia de Adán había destruido (cf. Rm 5, 19).
533 La vida oculta de Nazaret permite a todos entrar en comunión con
Jesús a través de los caminos más ordinarios de la vida humana:
«Nazaret es la escuela donde empieza a entenderse la vida de Jesús, es la escuela donde se inicia el conocimiento de su Evangelio. [...] Su primera lección es el silencio. Cómo desearíamos que se renovara y fortaleciera en nosotros el amor al silencio, este admirable e indispensable hábito del espíritu, tan necesario para nosotros. [...] Se nos ofrece además una lección de vida familiar. Que Nazaret nos enseñe el significado de la familia, su comunión de amor, su sencilla y austera belleza, su carácter sagrado e inviolable. [...] Finalmente, aquí aprendemos también la lección del trabajo. Nazaret, la casa del "hijo del Artesano": cómo deseamos comprender más en este lugar la austera pero redentora ley del trabajo humano y exaltarla debidamente. [...] Queremos finalmente saludar desde aquí a todos los trabajadores del mundo y señalarles al gran modelo, al hermano divino (Pablo VI, Homilía en el templo de la Anunciación de la Virgen María en Nazaret (5 de enero de 1964).
534 El hallazgo de Jesús en el Templo (cf. Lc 2, 41-52) es el único suceso que rompe el silencio de los Evangelios sobre los años ocultos de Jesús. Jesús deja entrever en ello el misterio de su consagración total a una misión derivada de su filiación divina: "¿No sabíais que me debo a los asuntos de mi Padre?" María y José "no comprendieron" esta palabra, pero la acogieron en la fe, y María "conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón", a lo largo de todos los años en que Jesús permaneció oculto en el silencio de una vida ordinaria.
CAPÍTULO SEGUNDO
CREO EN JESUCRISTO, HIJO ÚNICO DE DIOS
ARTÍCULO 4
“JESUCRISTO PADECIÓ BAJO EL PODER DE PONCIO PILATO,
FUE CRUCIFICADO, MUERTO Y SEPULTADO”
583 Como los profetas anteriores a Él, Jesús profesó el más profundo respeto al Templo de Jerusalén. Fue presentado en él por José y María cuarenta días después de su nacimiento (Lc. 2, 22-39). A la edad de doce años, decidió quedarse en el Templo para recordar a sus padres que se debía a los asuntos de su Padre (cf. Lc 2, 46-49). Durante su vida oculta, subió allí todos los años al menos con ocasión de la Pascua (cf. Lc 2, 41); su ministerio público estuvo jalonado por sus peregrinaciones a Jerusalén con motivo de las grandes fiestas judías (cf. Jn 2, 13-14; 5, 1. 14; 7, 1. 10. 14; 8, 2; 10, 22-23).
CAPÍTULO PRIMERO
CREO EN DIOS PADRE
CREO EN DIOS PADRE
ARTÍCULO 1
«CREO EN DIOS, PADRE TODOPODEROSO,
CREADOR DEL CIELO Y DE LA TIERRA»
«CREO EN DIOS, PADRE TODOPODEROSO,
CREADOR DEL CIELO Y DE LA TIERRA»
Párrafo 6
EL HOMBRE
EL HOMBRE
TERCERA PARTE
LA VIDA EN CRISTO
LA VIDA EN CRISTO
PRIMERA SECCIÓN
LA VOCACIÓN DEL HOMBRE:
LA VIDA EN EL ESPÍRITU
LA VOCACIÓN DEL HOMBRE:
LA VIDA EN EL ESPÍRITU
CAPÍTULO SEGUNDO
LA COMUNIDAD HUMANA
LA COMUNIDAD HUMANA
ARTÍCULO 3
LA JUSTICIA SOCIAL
LA JUSTICIA SOCIAL
1940 La solidaridad se manifiesta en primer lugar en la distribución de bienes y la remuneración del trabajo. Supone también el esfuerzo en favor de un orden social más justo en el que las tensiones puedan ser mejor resueltas, y donde los conflictos encuentren más fácilmente su solución negociada.
SEGUNDA SECCIÓN
LOS DIEZ MANDAMIENTOS
LOS DIEZ MANDAMIENTOS
CAPÍTULO PRIMERO
«AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZÓN,
CON TODA TU ALMA Y CON TODAS TUS FUERZAS»
«AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZÓN,
CON TODA TU ALMA Y CON TODAS TUS FUERZAS»
ARTÍCULO 3
EL TERCER MANDAMIENTO
EL TERCER MANDAMIENTO
Día de gracia y de descanso
2184 Así como Dios “cesó
el día séptimo de toda la tarea que había hecho” (Gn 2, 2), así también la vida
humana sigue un ritmo de trabajo y descanso. La institución del día del Señor
contribuye a que todos disfruten del tiempo de descanso y de solaz suficiente
que les permita cultivar su vida familiar, cultural, social y religiosa (cf
GS
67, 3).
SEGUNDA SECCIÓN
LOS DIEZ MANDAMIENTOS
LOS DIEZ MANDAMIENTOS
CAPÍTULO SEGUNDO
«AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO»
«AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO»
ARTÍCULO 7
EL SÉPTIMO MANDAMIENTO
EL SÉPTIMO MANDAMIENTO
2427 El trabajo humano procede directamente de
personas creadas a imagen de Dios y llamadas a prolongar, unidas y para mutuo
beneficio, la obra de la creación dominando la tierra (cf Gn 1, 28;
GS 34; CA
31). El trabajo es, por tanto, un deber: “Si alguno no quiere trabajar, que
tampoco coma” (2 Ts 3, 10; cf 1 Ts 4, 11). El trabajo honra los dones del
Creador y los talentos recibidos. Puede ser también redentor. Soportando el peso
del trabajo (cf Gn 3, 14-19), en unión con Jesús, el carpintero de Nazaret y el
crucificado del Calvario, el hombre colabora en cierta manera con el Hijo de
Dios en su obra redentora. Se muestra como discípulo de Cristo llevando la Cruz
cada día, en la actividad que está llamado a realizar (cf LE
27). El trabajo
puede ser un medio de santificación y de animación de las realidades terrenas en
el espíritu de Cristo.
2428 En el trabajo, la persona ejerce y aplica una parte
de las capacidades inscritas en su naturaleza. El valor primordial del trabajo
pertenece al hombre mismo, que es su autor y su destinatario. El trabajo es para
el hombre y no el hombre para el trabajo (cf LE
6).
Enséñanos José
Cómo se es “no protagonista”.Cómo se avanza sin pisotear.
Cómo se colabora sin imponerse.
Cómo se ama sin reclamar.
Dinos; José
Cómo se vive siendo ‘número dos’.
Cómo se hacen cosas fenomenales desde
un segundo puesto.
Explícanos Cómo se es grande sin exhibirse.
Cómo se lucha sin aplauso.
Cómo se avanza sin publicidad.
Cómo se persevera y se muere uno
sin esperanza de que le hagan un homenaje.