domingo, 28 de abril de 2013

"Novedad de Dios, tribulaciones en la vida, firmes en el Señor."

El Papa Francisco durante el Quinto Domingo de Pascua ha celebrado el Sacramento de la Confirmación. 
Los confirmandos tienen entre 11 y 55 años de edad y provienen de varios países, simbolizando así a la Iglesia esparcida por toda la Tierra. Siete de Africa, ocho de América, nueve de Asia, diecinueve de Europa y uno de Oceanía."Novedad de Dios, tribulaciones en la vida, firmes en el Señor." son los tres pensamientos sobre los que el Santo Padre ha querido reflexionar en su homilía.



Queridos hermanos y hermanos, queridos confirmados bienvenidos.
Quisiera proponerles tres simples y breves pensamientos sobre los que reflexionar.
En las segunda lectura hemos escuchado la hermosa visión de San Juan, “un cielo nuevo y una tierra nueva” y después la ciudad santa que desciende de Dios. Todo es nuevo transformado en bien, en belleza en verdad. No hay ya lamento, luto. Esta es la acción del Espíritu Santo, nos trae la novedad de Dios, viene a nosotros y hace nuevas todas las cosas, nos cambia, el Espíritu nos cambia. Y la visión de Juan nos recuerda que estamos toso en camino hacia la Jerusalén del cielo, la  novedad definitiva para nosotros y para toda la realidad. El día feliz en el que podremos ver el rostro del Señor, el rostro bello del Señor Jesús, podremos estar con Él para siempre en su amor. 
La novedad de Dios no se asemeja a las novedades mundanas que son provisorias, pasan y siempre se busca algo más. La novedad que Dios ofrece en nuestra vida es  definitiva y no sólo en el futuro cuando estaremos con él, sino también hoy. Dios está haciendo todo nuevo, el Espíritu Santo esta haciendo todo nuevo, nos quiere transformar, contando con nosotros, el mundo en que vivimos. Abrámosle la puerta, dejemos que el nos guía, dejemos que la acción de Dios nos haga hombres y mujeres nuevos animados por el amor de Dios que el Espíritu Santo nos da. Que hermoso si cada uno de ustedes a la noche pudiera decir, hoy en la escuela, en casa en el trabajo, guiado por Dios, he realizado un gesto de amor hacia un compañero, un padre ,un anciano, que bello.

Un segundo pensamiento en la primera lectura Pablo y Bernabé afirman que hay que pasar muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios. El camino de la Iglesia, también nuestro camino personal, no es siempre fácil, encontramos dificultades, tribulaciones. Seguir al Señor, dejar que transforme nuestras zonas de sombras, nuestros comportamientos que no son según Dios y lave nuestros pecados, es un camino que encuentra muchos obstáculos en el mundo y también dentro de nosotros en nuestro corazón. Pero las dificultades, las tribulaciones, forman parte del camino para llegar a la gloria de Dios. Cómo para Jesús que ha sido glorificado en la cruz, nos encontraremos siempre en la vida. No tenemos que desanimarnos tenemos la fuerza del Espíritu para vencer estas tribulaciones.
Y así llego al último punto, es una invitación que dirijo a ustedes, los confirmandos, y los confirmados, a todos ustedes. permanezcan firmes en el camino de la fe, con una firme esperanza en el Señor. Aquí está el secreto de nuestro camino, Él nos da el valor para caminar contra corriente, escuchen bien ir contra corriente. Esto hace bien al corazón, pero hace falta coraje para ir contracorriente, Él nos da esta fuerza. 
No habrá tribulaciones, dificultades que nos hagan temer si permanecemos unidos a Dios, como el sarmiento está unido a la Vid. Si no perdemos la amistad con Él y le hacemos cada vez más espacio en nuestra vida. Esto también se da sobre todo si nos sentimos pobres, débiles, pecadores, porque Dios da fuerza a nuestra debilidad, riqueza a nuestra pobreza, conversión ay perdón a nuestro pecado. Es tan misericordioso nuestro Señor, que siempre que vamos a Él nos perdona. Confiemos en la acción de Dios, con Él podemos hacer cosas grandes y nos hará sentir el gozo de ser sus discípulos, sus testigos.
Desafiemos a las cosas grandes, los cristianos no somos para las cosas pequeñas, vamos siempre, vayan siempre más allá hacia las cosas grandes, juéguense la vida por grandes ideales, jóvenes.
Novedad de Dios, tribulaciones en la vida, firmes en el Señor.
Queridos amigos abramos de par en par la puerta de nuestra vida a la novedad de Dios que nos concede el Espíritu Santo, para que nos transforme, nos fortalezca en la tribulación, refuerce nuestra unión en el Señor, nuestro permanecer firmes en Él.
Esta es la verdadera alegría, la alegría autentica.
Amén.


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