Papa Francisco en Ángelus en Castel Gandolfo 14/7/2013
“Dios quiere misericordia y no sacrificios”
14 de julio de
2013.-
El
Buen Samaritano, la parábola del evangelio de san Lucas, del domingo
decimoquinto de la liturgia, 14 del mes de julio, ha inspirado la reflexión
previa a la oración mariana del Ángelus dominical, rezado por Papa Francisco
esta vez con los habitantes Castel Gandolfo, la villa de descanso de los Papas,
ante cinco mil personas que llenaban la plaza. Refiriéndose al samaritano
mencionado por Jesús en la liturgia del domingo, el Obispo de Roma se preguntó “¿Quién
era este hombre?” Y afirmó: “Era uno cualquiera”, pero a diferencia
del sacerdote y del levita “él pone en práctica la voluntad de Dios que
quiere la misericordia más que los sacrificios”. En el vídeo puede
escucharse y visualizarse la intervención integra del Papa. El texto completo
de la meditación del Santo Padre antes de rezar el Ángelus es el siguiente:
Queridos
hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Hoy,
nuestra cita dominical del Ángelus lo vivimos aquí en Castel Gandolfo. Saludo a
los habitantes de esta bella ciudad! Quiero agradecerles sobre todo por sus
oraciones y lo mismo lo hago con todos ustedes peregrinos que vinieron aquí
numerosos.
El
Evangelio de hoy –estamos en el capítulo 10 de Lucas- es la famosa parábola del
buen samaritano. ¿Quién era este hombre? Era uno cualquiera, que descendía de
Jerusalén hacia Jericó por el camino que cruzaba el desierto de Judea. Hacía
poco, por ese camino, un hombre había sido asaltado por los delincuentes,
robado, pegado y abandonado casi muerto. Antes del samaritano pasan un
sacerdote y un levita, es decir, dos personas responsables del culto en el
Templo
del Señor. Ven aquel pobrecito, pero pasan más allá sin detenerse.
En
cambio, el samaritano, cuando vio aquel hombre, «tuvo compasión» (Lc 10,33). Se
acercó, le vendó las heridas, cubriéndolas con aceite y vino; luego lo puso
sobre su propia montura, lo condujo a un albergue y pagó por él. Es definitiva,
se hizo cargo de él: es el ejemplo del amor por el prójimo. Pero ¿Por qué Jesús
elije un samaritano como protagonista de esta parábola? Porque los samaritanos
eran despreciados por los Judíos, a causa de diversas tradiciones religiosas; y
sin embargo Jesús hace ver que el corazón de aquel samaritano es bueno y
generoso y que – a diferencia del sacerdote y del levita- él pone en práctica
la voluntad de Dios , que quiere misericordia y no sacrificios (cfr Mc 12,33).
Un
hombre que ha vivido plenamente este evangelio del buen samaritano es el Santo
que hoy recordamos: san Camilo de Lelis, fundador de los Hermanos de los
Ministros de los Enfermos, patrón de los enfermos y de los agentes sanitarios.
San Camilio muere el 14 de julio de 1614: justamente hoy se abre su cuarto centenario,
que terminará dentro de un año.
Saludo con gran afecto a todos los hijos e
hijas espirituales de san Camilo, que viven con su carisma
de caridad en contacto cotidiano con los enfermos. ¡Sean como él buenos
samaritanos!
Y también a los médicos, a los enfermeros y a aquellos que
trabajan en los hospitales y en las casas de cura, les deseo de estar movidos
por el mismo espíritu. Confiamos esta intención a la intercesión de María Santísima.
Y
quisiera confiar otra intención a la Virgen. A esta altura, ya está cerca la
Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro. Yo partiré dentro de ocho
días, pero muchos jóvenes partirán para Brasil incluso antes.
Oremos entonces
por esta gran peregrinación que comienza, para que Nuestra Señora de Aparecida,
patrona de Brasil, guíe los pasos de los participantes, y abra sus corazones
para acoger la misión que Cristo les dará.
(Tras
la oración mariana del Ángelus el Papa ha dicho:)
Queridos hermanos y hermanas:
Me uno en la oración a los Prelados y a los fieles de la Iglesia en
Ucrania, reunidos en la Catedral de Lutsk, para la Santa Misa de sufragio, con
motivo del 70 aniversario de las masacres de Volhynia. Tales actos, provocados
por la ideología nacionalista, en el trágico contexto de la II Guerra Mundial,
han causado decenas de miles de víctimas y han herido la hermandad de dos
Pueblos, el polaco y ucraniano. Encomiendo a la misericordia de Dios las almas
de los fallecidos y, para sus pueblos, pido la gracia de una reconciliación
profunda y de un futuro sereno, en la esperanza y sincera colaboración para la
edificación común del Reino de Dios.
Pienso también en los Pastores y fieles que participan en la
peregrinación de la Familia de Radio María en Jasna Góra, en Czestochowa. Los
encomiendo a la protección de la Madre de Dios y los bendigo de corazón.
Saludo con afecto a todos los peregrinos aquí presentes: a los grupos
parroquiales, a las familias, a los jóvenes, especialmente los que vinieron de
Irlanda, y los jóvenes sordos que están viviendo un encuentro internacional en
Roma.
Saludo a las Religiosas de Santa Isabel, a quienes deseo una renovación
espiritual fructífera; a las Apóstoles del Sagrado Corazón de Jesús, con
familias de diferentes naciones; a las Hijas de la Divina Caridad, que celebran
su Capítulo General; y a las Superioras de las Hijas de María Auxiliadora.
¡Les deseo a todos un buen domingo y un buen almuerzo!
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