martes, 16 de julio de 2013

Dia del amigo - 20 de julio

“Un amigo fiel es un refugio seguro: el que lo halla ha encontrado un tesoro. ¿Qué no daría uno por un amigo fiel? ¡No tiene precio! Un amigo fiel es como un remedio que te salva; los que temen al Señor encontrarán al amigo verdadero, pues asi como es él, así será su amigo” (Sir 6, 14-17)

Un amigo fiel es refugio seguro en momentos de angustia, tristeza, desesperación y crisis. No tiene precio un amigo así, ninguna cantidad de dinero podrá comprar una amistad verdadera. Realmente es muy valiosa y como tal debemos valorarla y apreciarla. Una amistad fiel es un remedio, nos alivia de nuestro pesar, pena y dolor. ¿Cuántas veces nos sentíamos mal o enfermos pero la llamada de un amigo nos hizo sentir mejor? Pues bien, la amistad es nuestro remedio. El que teme al Señor encontrará al amigo verdadero. Y aquí no quiere decir el que le tenga miedo al Señor, sino el que lo busca, el que lo obedece, el que lo ama y lo sigue. Esa persona encontrará al amigo fiel, al amigo verdadero que le permitirá seguir acercándose cada vez más a Dios. Y juntos serán bendición para sus vidas.



Tu amigo es:
El que siendo leal y sincero te comprende;
El que te acepta como eres y tiene fe en ti,
El que sin envidia reconoce tus valores,
Te estimula y te elogia sin adularte;
El que te ayuda desinteresadamente
Y no abusa de tu bondad;
El que con sabios consejos te  ayuda
A  construir y pulir tu personalidad;
El que goza con tus  alegrías

Que llegan a tu corazón.

El que sin penetrar en tu intimidad,
Trata de conocer tu dificultad para ayudarte;
El que sin herirte te aclara
Lo que entendiste mal o te saca del error;
El que  levanta  tu animo cuando estas caído;
El que con cuidados y atenciones
Quiere menguar el dolor de tu enfermedad;
El que te perdona con generosidad,
Olvidando Tú ofensa.

El que ve en ti un ser humano con alegrías,
Esperanzas, debilidades y luchas…
Este es el amigo verdadero.
Si lo descubres,
Consérvalo como un tesoro.



La amistad no es exclusividad, parte de mostrarse amigo es entender que mis amistades no son exclusivos, ellos y ellas pueden tener mas amigos y porque no, muy buenos amigos, no confundamos la amistad con la exclusividad, porque un verdadero amigo esta dispuesto a compartir a la persona que considera amiga, no caigamos en el error de creer que es nuestro amigo o amiga exclusiva y al ver que ella o el no piensa de la misma manera de nosotros comencemos a reaccionar de una forma poca amigable.
¿Cuántas amistades hemos perdido, por creer que amistad era exclusividad?, es ahí en donde entra la Palabra que nos hace reflexionar y que nos dice que el hombre que tiene amigos, también tiene que mostrarse como un amigo, pues amigos hay mas unidos que un hermano.
El amigo siempre querrá lo mejor para el otro, sin importar que eso signifique perder su amistad y es que la verdadera amistad solo puede nacer de un corazón amoroso, de un corazón que ve a su prójimo como así mismo y que esta para complacer y no para ser complacido.

 Que lindo seria que entendiéramos que es la amistad y que comenzáramos a mostrarnos cada uno de nosotros como verdaderos amigos, de esos que no se reprochan cosas, sino que al contrario se ven las virtudes, de esos que no se desaniman entre ellos, sino que al contrario, se toman de la mano y no se sueltan, de esos que aunque pasen los años siempre estarán ahí, como todo excelente amigo.
Si bien es cierto que nada te asegura una verdadera amistad, pues solo Jesús es un amigo Fiel, no puedo negar que en la vida encontraras muy buenos amigos, con errores y defectos, pero en general muy buenos amigos a los cuales Dios ha tenido a bien ponerlos en tu camino.

Un amigo es una persona que nos muestra el rumbo y recorre con nosotros una parte del camino 



Evangelio según San Juan 15,9-17.

Como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto.
Este es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre.
 No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá. Lo que yo les mando es que se amen los unos a los otros.
PALABRA DE DIOS.
GLORIA A TI SEÑOR JESUS!


PRIMERA PARTE
LA PROFESIÓN DE LA FE

PRIMERA SECCIÓN
«CREO»-«CREEMOS»

CAPÍTULO TERCERO
LA RESPUESTA DEL HOMBRE A DIOS

142 Por su revelación, «Dios invisible habla a los hombres como amigos, movido por su gran amor y mora con ellos para invitarlos a la comunicación consigo y recibirlos en su compañía» (DV 2). La respuesta adecuada a esta invitación es la fe.
SEGUNDA PARTE 
LA CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO
SEGUNDA SECCIÓN:
LOS SIETE SACRAMENTOS DE LA IGLESIA

CAPÍTULO TERCERO
LOS SACRAMENTOS AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD

ARTÍCULO 6
EL SACRAMENTO DEL ORDEN


La ordenación de los presbíteros, cooperadores de los obispos
1567 "Los presbíteros, como colaboradores diligentes de los obispos y ayuda e instrumento suyos, llamados para servir al Pueblo de Dios, forman con su obispo un único presbiterio, dedicado a diversas tareas. En cada una de las comunidades locales de fieles hacen presente de alguna manera a su obispo, al que están unidos con confianza y magnanimidad; participan en sus funciones y preocupaciones y las llevan a la práctica cada día" (LG 28). Los presbíteros sólo pueden ejercer su ministerio en dependencia del obispo y en comunión con él. La promesa de obediencia que hacen al obispo en el momento de la ordenación y el beso de paz del obispo al fin de la liturgia de la ordenación significa que el obispo los considera como sus colaboradores, sus hijos, sus hermanos y sus amigos y que a su vez ellos le deben amor y obediencia.
TERCERA PARTE
LA VIDA EN CRISTO

PRIMERA SECCIÓN
LA VOCACIÓN DEL HOMBRE:
LA VIDA EN EL ESPÍRITU

CAPÍTULO TERCERO
LA SALVACIÓN DE DIOS:
LA LEY Y LA GRACIA

ARTÍCULO 1
LA LEY MORAL


1972 La Ley nueva es llamada ley de amor, porque hace obrar por el amor que infunde el Espíritu Santo más que por el temor; ley de gracia, porque confiere la fuerza de la gracia para obrar mediante la fe y los sacramentos; ley de libertad (cf St 1, 25; 2, 12), porque nos libera de las observancias rituales y jurídicas de la Ley antigua, nos inclina a obrar espontáneamente bajo el impulso de la caridad y nos hace pasar de la condición del siervo “que ignora lo que hace su señor”, a la de amigo de Cristo, “porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer” (Jn 15, 15), o también a la condición de hijo heredero (cf Ga 4, 1-7. 21-31; Rm 8, 15).
TERCERA PARTE
LA VIDA EN CRISTO

SEGUNDA SECCIÓN
LOS DIEZ MANDAMIENTOS

“Maestro, ¿qué he de hacer...?”

El Decálogo en la Sagrada Escritura
2063 La alianza y el diálogo entre Dios y el hombre están también confirmados por el hecho de que todas las obligaciones se enuncian en primera persona (“Yo soy el Señor...”) y están dirigidas a otro sujeto (“tú”). En todos los mandamientos de Dios hay un pronombre personal en singular que designa el destinatario. Al mismo tiempo que a todo el pueblo, Dios da a conocer su voluntad a cada uno en particular:
«El Señor prescribió el amor a Dios y enseñó la justicia para con el prójimo a fin de que el hombre no fuese ni injusto, ni indigno de Dios. Así, por el Decálogo, Dios preparaba al hombre para ser su amigo y tener un solo corazón con su prójimo [...]. Las palabras del Decálogo persisten también entre nosotros (cristianos). Lejos de ser abolidas, han recibido amplificación y desarrollo por el hecho de la venida del Señor en la carne» (San Ireneo de Lyon, Adversus haereses, 4, 16, 3-4).
CUARTA PARTE
LA ORACIÓN CRISTIANA

PRIMERA SECCIÓN
LA ORACIÓN EN LA VIDA CRISTIANA

CAPÍTULO SEGUNDO
LA TRADICIÓN DE LA ORACIÓN
ARTÍCULO 2
EL CAMINO DE LA ORACIÓN


La oración a Jesús
2665 La oración de la Iglesia, alimentada por la palabra de Dios y por la celebración de la liturgia, nos enseña a orar al Señor Jesús. Aunque esté dirigida sobre todo al Padre, en todas las tradiciones litúrgicas incluye formas de oración dirigidas a Cristo. Algunos salmos, según su actualización en la Oración de la Iglesia, y el Nuevo Testamento ponen en nuestros labios y graban en nuestros corazones las invocaciones de esta oración a Cristo: Hijo de Dios, Verbo de Dios, Señor, Salvador, Cordero de Dios, Rey, Hijo amado, Hijo de la Virgen, Buen Pastor, Vida nuestra, nuestra Luz, nuestra Esperanza, Resurrección nuestra, Amigo de los hombres...






1 comentario:

  1. hola paso visitando su blog, bendiciones
    mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com

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