lunes, 22 de julio de 2013

Francisco llega a Río, Lunes 22 de Julio 2013*AÑO DE LA FE*




VATICANO, 22 Jul. 13 / 10:59 am (ACI/EWTN Noticias).- Al promediar las 8:53 a.m., hora local, el avión que lleva al Papa Francisco a Río de Janeiro (Brasil) para participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) despegó del aeropuerto de Fiumicino, Roma (Italia).

Este es el primer viaje apostólico internacional que realiza el Papa Francisco.
Al abordar, el Santo Padre llevó él mismo su equipaje de mano, y se sentó como un pasajero más, junto a los periodistas acreditados y otros Prelados.
En una publicación en su cuenta en la red social Twitter, @Pontifex, el Santo Padre dijo a los peregrinos que ya se encuentran en la ciudad brasileña que “llego a Río en unas horas y mi corazón está lleno de gozo porque dentro de poco estaré con ustedes para celebrar la XXVIII JMJ”.
El viaje del Santo Padre durará alrededor de 12 horas, sobrevolando Italia, Argelia, Mauritania y Senegal. La hora aproximada de aterrizaje en Río de Janeiro, en hora local, será a las 4:00 p.m., 9:00 p.m. en hora de Roma.




A BORDO DEL AVION PAPAL

 En su viaje de doce horas y cuarto a bordo de un avión que lo lleva desde Roma hasta Río de Janeiro, donde encabezará la Jornada Mundial de la Juventud, el papa Francisco habló con los periodistas que vuelan con él y les manifestó su preocupación por los efectos de la crisis financiera mundial sobre los jóvenes.
"La crisis mundial no ha generado buenas cosas para los jóvenes. La semana pasada examiné el porcentaje de jóvenes sin trabajo", dijo el Sumo Pontífice. "Corremos el riesgo de tener una aceleración de una generación que no ha tenido nunca trabajo y del trabajo viene la dignidad de la persona, que es el poder ganarse el pan", subrayó .
"Este primer viaje es para encontrar a los jóvenes, a los que quiero encontrar no aislados, sino en medio del tejido social, en sociedad, ya que cuando aislamos a los jóvenes les hacemos una injusticia pues les quitamos la pertenencia", agregó, en referencia a su primer viaje internacional como Papa, desde que fue elegido el pasado 13 de marzo.
En ese sentido, dijo que "los jóvenes pertenecen a una familia, una patria, una cultura y una fe y hay que mantener esa pertenencia". Ellos son el futuro de un pueblo, porque tienen la fuerza, la juventud y van hacia delante", dijo, pero también recordó que "en el otro extremo de la vida, están los ancianos".
"Un pueblo tiene futuro si camina hacia adelante, con los jóvenes, con la fuerza que llevan y también con los ancianos, porque ellos son la sabiduría de la vida", señaló. El primer papa argentino subrayó que "como muchas veces se comete la injusticia de dejar de lado a los ancianos al pensar que no tienen nada que darnos, pero ellos tienen la sabiduría de la vida, la historia de la familia y de la patria".
Asimismo, Jorge Bergoglio añadió "que por desgracia, estamos acostumbrados en esta sociedad actual a la cultura del desecho" y explicó que "con los ancianos se practica esta cultura, y que ahora también se está haciendo con los jóvenes que no tienen trabajo".
"Hay que acabar con esta cultura y cambiarla con cultura de la inclusión y del encuentro. Hay que hacer un esfuerzo para llegar a todos, a la sociedad, y este es el sentido de mi visita: llevar a los jóvenes a la sociedad", dijo.
Francisco salió esta mañana desde Roma en un vuelo de Alitalia junto a una comitiva vaticana y 71 periodistas de todo el mundo. "Les agradezco y les pido que me ayuden", les dijo.
En nombre de los 71 periodistas que viajan en el vuelo papal, la periodista mexicana Valentina Alazraki, decana de los reporteros a bordo, dio las gracias al Papa por sus palabras y después le dijo con cierto humor: "Sabemos que los periodistas no somos santos de su devoción, pero tampoco somos tan feroces". A continuación, le entregó en nombre de todos una imagen de la virgen de Guadalupe, patrona de América, para que acompañase durante el viaje.


RIO DE JANEIRO, 22 Jul. 13 / 02:02 pm (ACI/EWTN Noticias).- El Papa Francisco llegó a suelo brasileño este lunes a las 15:43 (hora local), para participar en la Jornada Mundial de la Juventud Río 2013 (JMJ), procedente de Italia luego de un vuelo de doce horas.
 Francisco fue recibido por la presidenta de Brasil Dilma Rousseff y llega para encontrarse con cientos de miles de jóvenes procedentes de todo el mundo. Este es el primer viaje apostólico internacional que realiza el Papa.
Al abordar el avión en Italia, el Santo Padre llevó él mismo su equipaje de mano, y se sentó como un pasajero más, junto a los periodistas acreditados y otros Prelados.



Discurso del Papa Francisco en Ceremonia de Bienvenida - Guanabara



RIO DE JANEIRO, 22 Jul. 13 / 04:29 pm (ACI).-

 Señora Presidente,
Distinguidas Autoridades,
Hermanos y amigos
En su amorosa providencia, Dios ha querido que el primer viaje internacional de mi pontificado me ofreciera la oportunidad de volver a la amada América Latina, concretamente a Brasil, nación que se precia de sus estrechos lazos con la Sede Apostólica y de sus profundos sentimientos de fe y amistad que siempre la han mantenido unida de una manera especial al Sucesor de Pedro. Doy gracias por esta benevolencia divina.
He aprendido que, para tener acceso al pueblo brasileño, hay que entrar por el portal de su inmenso corazón; permítanme, pues, que llame suavemente a esa puerta. Pido permiso para entrar y pasar esta semana con ustedes. No tengo oro ni plata, pero traigo conmigo lo más valioso que se me ha dado: Jesucristo. Vengo en su nombre para alimentar la llama de amor fraterno que arde en todo corazón; y deseo que llegue a todos y a cada uno mi saludo: «La paz de Cristo esté con ustedes».
Saludo con deferencia a la señora Presidenta y a los distinguidos miembros de su gobierno. Agradezco su generosa acogida y las palabras con las que ha querido manifestar la alegría de los brasileños por mi presencia en su país. Saludo también al Señor Gobernador de este Estado, que amablemente nos acoge en el Palacio del Gobierno, y al alcalde de Río de Janeiro, así como a los miembros del Cuerpo Diplomático acreditados ante el gobierno brasileño, a las demás autoridades presentes y a todos los que han trabajado para hacer posible esta visita.
Quisiera decir unas palabras de afecto a mis hermanos obispos, a quienes incumbe la tarea de guiar a la grey de Dios en este inmenso país, y a sus queridas Iglesias particulares. Con esta visita, deseo continuar con la misión pastoral propia del Obispo de Roma de confirmar a sus hermanos en la fe en Cristo, alentarlos a dar testimonio de las razones de la esperanza que brota de él, y animarles a ofrecer a todos las riquezas inagotables de su amor.
Como es sabido, el principal motivo de mi presencia en Brasil va más allá de sus fronteras. En efecto, he venido para la Jornada Mundial de la Juventud. Para encontrarme con jóvenes venidos de todas las partes del mundo, atraídos por los brazos abiertos de Cristo Redentor.
Quieren encontrar un refugio en su abrazo, justo cerca de su corazón, volver a escuchar su llamada clara y potente: 
«Vayan y hagan discípulos a todas las naciones».

Estos jóvenes provienen de diversos continentes, hablan idiomas diferentes, pertenecen a distintas culturas y, sin embargo, encuentran en Cristo las respuestas a sus más altas y comunes aspiraciones, y pueden saciar el hambre de una verdad clara y de un genuino amor que los una por encima de cualquier diferencia.

Cristo les ofrece espacio, sabiendo que no puede haber energía más poderosa que esa que brota del corazón de los jóvenes cuando son seducidos por la experiencia de la amistad con él. Cristo tiene confianza en los jóvenes y les confía el futuro de su propia misión: « Vayan y hagan discípulos»; vayan más allá de las fronteras de lo humanamente posible, y creen un mundo de hermanos y hermanas. Pero también los jóvenes tienen confianza en Cristo: no tienen miedo de arriesgar con él la única vida que tienen, porque saben que no serán defraudados.
Al comenzar mi visita a Brasil, soy muy consciente de que, dirigiéndome a los jóvenes, hablo también a sus familias, sus comunidades eclesiales y nacionales de origen, a las sociedades en las que viven, a los hombres y mujeres de los que depende en gran medida el futuro de estas nuevas generaciones.
Es común entre ustedes oír decir a los padres: «Los hijos son la pupila de nuestros ojos». ¡Qué hermosa es esta expresión de la sabiduría brasileña, que aplica a los jóvenes la imagen de la pupila de los ojos, la abertura por la que entra la luz en nosotros, regalándonos el milagro de la vista! ¿Qué sería de nosotros si no cuidáramos nuestros ojos? ¿Cómo podríamos avanzar? Mi esperanza es que, en esta semana, cada uno de nosotros se deje interpelar por esta pregunta provocadora.
La juventud es el ventanal por el que entra el futuro en el mundo y, por tanto, nos impone grandes retos. Nuestra generación se mostrará a la altura de la promesa que hay en cada joven cuando sepa ofrecerle espacio; tutelar las condiciones materiales y espirituales para su pleno desarrollo; darle una base sólida sobre la que pueda construir su vida; garantizarle seguridad y educación para que llegue a ser lo que puede ser; transmitirle valores duraderos por los que valga la pena vivir; asegurarle un horizonte trascendente para su sed de auténtica felicidad y su creatividad en el bien; dejarle en herencia un mundo que corresponda a la medida de la vida humana; despertar en él las mejores potencialidades para ser protagonista de su propio porvenir, y corresponsable del destino de todos.
Al concluir, ruego a todos la gentileza de la atención y, si es posible, la empatía necesaria para establecer un diálogo entre amigos. En este momento, los brazos del Papa se alargan para abrazar a toda la nación brasileña, en el complejo de su riqueza humana, cultural y religiosa. Que desde la Amazonia hasta la pampa, desde las regiones áridas al Pantanal, desde los pequeños pueblos hasta las metrópolis, nadie se sienta excluido del afecto del Papa. Pasado mañana, si Dios quiere, tengo la intención de recordar a todos ante Nuestra Señora de Aparecida, invocando su maternal protección sobre sus hogares y familias. Y, ya desde ahora, los bendigo a todos. Gracias por la bienvenida.






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