18 de septiembre, 2013. (Romereports.com)
El Papa Francisco explicó durante la catequesis de la Audiencia general el papel de la Iglesia como Madre. Destacó tres funciones: propone los mandamientos en positivo porque quiere proteger a sus hijos del mal, está siempre dispuesta a acoger a sus hijos cuando se presentan dificultades y reza y busca la protección de sus hijos en todo momento.
Queridos
hermanos y hermanas:
Retomo de
nuevo hoy la imagen de la Iglesia como madre a partir de lo que hace una mamá
por sus hijos. En primer lugar, ella con ternura, afecto y amor les enseña a
caminar por el sendero de la vida y sabe orientarlos cuando se desvían del
camino. De igual forma, la Iglesia enseña la senda de la vida a través de los
mandamientos, que son una invitación a no hacer ídolos materiales, a recordar a
Dios, a tener respeto por los padres, a ser honestos, a estar cerca del
prójimo…
En
segundo lugar, una mamá, a pesar de que sus hijos se hacen adultos, los
acompaña en el camino, y aunque éstos se equivoquen, los comprende, los protege
y los ayuda. Así es la Iglesia, una madre misericordiosa, que busca ayudar y
nunca cierra las puertas de su casa, sino que ofrece siempre su amor e invita a
retomar el camino a quien lo ha perdido.
Por
último, una mamá reza y confía sus hijos a Dios, en particular a los más
débiles o necesitados. Lo mismo hace la Iglesia poniendo en las manos del Señor
todas las situaciones de sus hijos; los confía a la fuerza de la oración, en la
que Dios no permanece indiferente. Él sabe siempre sorprendernos. La Madre
Iglesia es consciente de ello.
Saludo a
los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de
España, Colombia, Venezuela, Argentina, México y los demás países
latinoamericanos.
Invito a todos a ver la Iglesia como la mamá que indica el
camino, que es paciente, misericordiosa, comprensiva y sabe poner a todos en
las manos de Dios. Muchas gracias.
Nuevo llamado del Papa por la Paz
Miercoles 18 Sep 2013 | 10:21 am
“Invito a los católicos de todo el mundo a unirse a los
demás cristianos para seguir implorando a Dios el don de la paz en los lugares
más atormentados de nuestro planeta”. Este fue el llamado proclamado por el
Papa, al final de la catequesis, recordando que el 21 de septiembre las
Naciones Unidas celebran la Jornada Internacional de la Paz y el Consejo
Mundial de Iglesias pide a sus miembros que ese día recen para que se llegue a
ella.
“¡Que la paz, don de Jesús -dijo- viva siempre en nuestros corazones y sostenga
los propósitos y las acciones de los responsables de las naciones y de todos
los hombres de buena voluntad!
“Todos tenemos que comprometernos en alentar los esfuerzos para una buena
solución diplomática y política de los focos de guerra que aún nos preocupan.
Pienso sobre todo en la amada población siria, cuya tragedia humana puede
resolverse solamente con el diálogo y la negociación, en el respeto de la
justicia y de la dignidad de todas las personas, sobre todo de los más débiles
e indefensos”.
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