11 de septiembre, 2013. (Romereports.com)
El Papa explicó en la audiencia general por qué la Iglesia es Madre de todos los cristianos y cuál es el deber de los bautizados como sus hijos. Francisco dijo que a través del bautismo la Iglesia engendra nuevos cristianos a los que cuida a lo largo de su vida, ayudándolos a crecer, alimentándolos y educándolos.
También hoy pudimos ver a miles de personas de tantas partes del mundo en la Plaza de San Pedro, para escuchar las palabras del Papa y recibir su bendición.
Y también hoy, antes de comenzar la Audiencia General, el Papa Francisco pasó cerca de los peregrinos, dando y recibiendo sonrisas, caricias y gestos de intensa cercanía. Reanudando sus catequesis sobre la Iglesia en este Año de la Fe, el Santo Padre hizo hincapié en la imagen de ‘Madre’, que destaca el Concilio Vaticano II.
Como la Virgen María, por obra del Espíritu Santo la Iglesia nos genera en la fe, enfatizó el Obispo de Roma, exhortando a invocar «juntos al Espíritu Santo, para que conceda fecundidad a la Iglesia, no le permita que se cierre en sí misma, y salga a llevar la luz de Cristo hasta los confines de la tierra».
Poniendo de relieve que la Iglesia es nuestra madre en la fe. Es la madre que genera y acompaña a sus hijos, compartiendo con ellos las alegrías y los dolores, los fracasos y los éxitos, las caídas y las victorias. Sabe corregir, perdonar y comprender, el Papa Bergoglio recordó que gracias al Bautismo, nacemos como hijos de Dios.
Y todos estamos llamados a colaborar, ‘en’ y ‘con’ la Iglesia, como se ama a una madre, sabiendo comprender también sus defectos, ayudándola a ser más bella y auténtica, en el seguimiento del Señor. Sin olvidar la importancia de participar en la vida de la Iglesia, como parte de ella, en una relación vital y no meramente formal.
Queridos
hermanos y hermanas:
Retomamos
hoy las catequesis sobre el misterio de la Iglesia, en este Año de la fe, con
la imagen de la “Madre”. El Concilio Vaticano II dice que la Iglesia es nuestra
madre en la fe, en la vida sobrenatural.
Ante
todo, la Iglesia es madre porque engendra nuevos cristianos. Por el Bautismo,
los hace nacer a la vida divina y establece con ellos un vínculo vital,
interior, como el de una madre con sus hijos.
Además,
como buena madre, los ayuda a crecer y a ser responsables, los alimenta, los
educa, los cuida con ternura a lo largo de su vida. Así, la Iglesia nos anuncia
la Palabra de Dios como luz para el camino, nos nutre con la Eucaristía, nos
procura el perdón divino, nos sostiene en los momentos de sufrimiento y
dificultad.
Y,
finalmente, como todos formamos la Iglesia, su maternidad incluye también la
solicitud de los unos por los otros. Todos, pastores y fieles, estamos llamados
a colaborar en la transmisión de la fe, en el anuncio del Evangelio, en la
atención a los necesitados… para hacer fecunda a la Iglesia.
Preguntémonos:
¿Honro a la Iglesia como madre? ¿Participo en los sacramentos, escucho la
Palabra de Dios en comunidad? Y sobre todo, ¿comparto su cuidado maternal por
mis hermanos?
Saludo
cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos
provenientes de España, México, El Salvador, Venezuela, Paraguay, Colombia,
Argentina y los demás países latinoamericanos.
Invoquemos juntos al Espíritu
Santo, para que conceda fecundidad a la Iglesia, no le permita que se cierre en
sí misma, y salga a llevar la luz de Cristo hasta los confines de la tierra.
Muchas gracias.
No se
olviden del Señor: "El Señor con su amor, buscando el amor de un pueblo.
Devuelvan con amor, el amor con el cual Él buscó al pueblo salteño".
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