Más de 70 embajadores acreditados ante la Santa Sede acudieron
el jueves 5 por la mañana a la convocatoria del "canciller" vaticano,
monseñor Dominique Mamberti, secretario para las Relaciones con los
Estados. La reunión fue organizada para reiterar al mundo la posición del
Vaticano respecto de la crisis siria y dar detalles sobre la "Jornada de ayuno y oración por la paz en Siria, en
Medio Oriente y en el mundo", que el Papa convocó para el
próximo sábado, 7 de septiembre.
En palabras del director de la Sala
de Prensa de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, la
idea era "insistir sobre la importancia de hacer cesar la
violencia como primer paso, para poder instaurar después un verdadero diálogo y una solución negociada", con
la idea de buscar "la reconciliación de todo el pueblo sirio, la
conservación de la unidad del país, evitando la
constitución de zonas diversas", es decir, la fragmentación a
manos de los diversos sectores en pugna.
En la reunión también se hizo
referencia a la necesidad de proteger "a las minorías, incluidos los
cristianos". Monseñor Mamberti subrayó además "la importancia que el Papa atribuye al momento específico de oración,
al momento espiritual: la jornada del sábado es el corazón de este compromiso
que el Papa propone por la paz a través de la oración y el ayuno, no se debe
olvidar esta dimensión".
El ayuno tiene un sentido religioso,
pero también es un tradicional modo de protesta laico. Y precisamente la voluntad del Papa ha sido convocar no sólo a los católicos,
sino a los cristianos de otros ritos, a los no cristianos y también a los no creyentes.
La Secretaría de Estado vaticana ya
ha contactado a las Conferencias Episcopales del mundo
para informarlas de la iniciativa y darles indicaciones, ya que la jornada
convocada por el Papa en Roma tendrá su réplica en todas las diócesis a lo
largo y ancho del planeta.
Por caso, en París, la vigilia de
ayuno y oración tendrá lugar en la emblemática Basílica del Sagrado Corazón en la colina de Montmartre. También habrá veladas en casi todas las grandes
ciudades de Francia, como Marsella, Lille, Amiens o Metz. Algo análogo
sucederá en Italia, lógicamente. Allí, el pueblito de Vedelago, en el Véneto, anunció una forma original de
adhesión: apagará todas sus luces y se iluminará sólo con velas
en la noche del sábado.
Varios políticos y personalidades
italianos anunciaron su presencia en plaza San Pedro: es el caso de Emma Bonino, ministra de Relaciones Exteriores, de su par
de Defensa,Maio Mauro, del titular de la cartera de Infraestructura y
Transporte, Maurizio Lupi , y de la ministra de la
Integración, Cecile Kyenge, quien anunció vía
Twitter: "Ayunaré para construir junto con ustedes y con el Papa Francesco
una paz que traspase las fronteras".
El rabino jefe de Roma, Riccardo Di
Segni, anunció la participación de
la colectividad judía de la capital italiana. También lo
hizo la Unión de la Comunidad Islámica de Italia, a través de su
presidente, Izzedin Elzir.
Adhirieron por otra parte
legisladores de varios partidos, como por ejemplo el presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado, Pier
Ferdinando Casini, quien escribió en su Facebook: "El sábado estaré
en plaza San Pedro para la vigilia anunciada por el Papa Francisco en el ámbito
de la Jornada de ayuno y oración por la paz en Siria".
La CISL, central sindical italiana,
convocó también a todos los trabajadores, activos y jubilados, a
"participar de esta jornada planetaria de oración y ayuno por la paz en
Siria".
Además, desde la propia región
golpeada por este drama, llegó una carta del Gran Muftí de
Damasco, Ahmad Badreddin Hassou, líder espiritual del Islam sunnita:
"Santidad, le damos las gracias por este llamado de gran humanidad, basado
en la fe, para ayunar y orar juntos a Dios Todopoderoso para que pueda traer
paz a la tierra y nos proteja de la fuerza del mal y la opresión".
El mufti propone además a la Santa
Sede "organizar una cumbre espiritual con los líderes
religiosos en Damasco o en el Vaticano: así tal vez podamos detener
el fuego de los que quieren destruir la tierra de Abraham, Moisés, de Jesús, de
Mahoma".
Desde Jordania, el nuncio
apostólico, monseñor Giorgio Lingua, quien participaba de
una reunión convocada por el Rey de ese país con los líderes de las iglesias de Medio Oriente, dijo que se habló
allí de "la seguridad como primera necesidad en la región y de cómo el
flujo tan grande de armamentos no puede ser garantía de paz en el futuro".
Lingua, quien también representa al Vaticano ante Irak, se mostró confiado en el poder de la oración: "Sólo se puede
rezar, porque muchas veces la suerte de la humanidad no está en manos de los
fieles, pero el poder de la oración puede hacer milagros".
En América Latina, a las declaraciones de la presidente
argentina, Cristina Kirchner, quien citó al papa Francisco
para expresar su oposición a la intervención extranjera armada en Siria,
se sumaron las adhesiones a la jornada convocada por Jorge Bergoglio de los
mandatarios de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Bolivia, Evo
Morales.
En la Catedral de Buenos Aires, el rezo del Rosario se iniciará a las 10:45.
Luego, a las 11:30, el arzobispo Mario Poli oficiará la misa.
El Santísimo Sacramento quedará expuesto para la oración de los fieles hasta
las 18 horas. Luego,a las 20:00, por iniciativa de los
peregrinos a la Jornada Mundial de la Juventud en Río, los jóvenes se reunirán en la catedral para rezar por la paz.
Cómo será
la vigilia en El Vaticano
La jornada convocada por el Papa tendrá lugar el
próximo sábado
en plaza San Pedro
Los
fieles podrán ingresar en la plaza San Pedro, desde las 16:30, hora de Italia.
La meditación se iniciará a las 18:30, con la lectura del texto con el
cual el domingo pasado, durante el Ángelus, el Papa convocó a la "Jornada
de oración y ayuno por la paz en Siria, Medio Oriente y el mundo entero".
A las 19
horas se iniciará la velada propiamente dicha con la entronización de la Madonna partiendo del
obelisco. Inmediatamente después, se rezará el Rosario, con la guía del
Papa. Al comienzo de cada misterio, habrá lecturas bíblicas. Esta primera parte
se cerrará con la meditación del Sumo Pontífice, alrededor de la hora
20, 20:30.
Después del
mensaje de Francisco, se iniciará la segunda parte de la vigilia, de
carácter más eucarístico. La adoración eucarística estará organizada en cinco
tiempos, con lectura bíblica, una oración de Pío XII, invocaciones en forma
de responsos y cantos, todo ello en torno al tema de la paz, además de momentos
de silencio para la adoración personal.
Al
término de cada uno de estos tiempos, cinco parejas, en representación de
Siria, Egipto, Tierra Santa, Estados Unidos y Rusia, harán la oferta del
incienso, al costado del altar.
Al
finalizar esta celebración, definida por el padre Lombardi como "una de
las vigilias más largas" organizadas en el Vaticano, habrá, entre las
22:15 y las 22:40 un largo momento de silencio. Por último, el Papa dará la
bendición eucarística.
Durante
la vigilia, a partir de las 17:45, los fieles que lo deseen podrán
confesarse ante 50 sacerdotes distribuidos a izquierda y derecha de la
plaza bajo las columnas.
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