domingo, 15 de septiembre de 2013

SEPTIEMBRE MES DE LA BIBLIA - PARTE III









Conocer el Nuevo Testamento es acercarse a Jesús, encontrarse con una revelación divina como nunca antes se había realizado. Dios, hecho hombre, nos habla y nos dice qué espera de nosotros.



Entendiendo el Nuevo Testamento
Benjamín Martín Sánchez
A todo lo largo del Antiguo Testamento, Dios realiza una gran promesa al pueblo de Israel: la promesa de la salvación y de la liberación.

Con la llegada de Jesucristo termina la primera etapa del camino de la salvación, la etapa de Israel a la cual se refiere la Antigua Alianza y se abre una segunda y definitiva etapa en este mismo camino, la etapa cristiana.


 En esta segunda Alianza, Nueva y Eterna, surge un nuevo pueblo, ya no es únicamente Israel, Jesús abre las puertas del cielo y forma un nuevo Pueblo de Dios, nuevo y universal.

Este nuevo Pueblo de Dios es la Iglesia Católica, pues no olvidemos que católico significa universal.

Se cumple la promesa de Dios plasmada en el Antiguo Testamento. Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre, nació de la Virgen María por obra del Espíritu Santo. Creció en el seno familiar y social como un niño, adolescente y joven de su tiempo. Anunció la venida del Reino de Dios y llamó a la conversión. Predicó a las multitudes e instruyó de manera especial a sus discípulos. Explicó las características del Reino de Dios, ilustrando su enseñanza con parábolas. Realizó señales de la presencia del Reino curando a enfermos, expulsando demonios, devolviendo la vida a muertos, anunciando la buena nueva a los pobres, perdonando los pecados y mostrando el rostro misericordioso de Dios Padre. Murió y resucitó para la salvación de toda la humanidad.

Jesucristo cumple con la misión que el Padre, al enviarlo a los hombres, le ha encomendado. Los redime, los libra definitivamente de la esclavitud del pecado y de la muerte eterna. Jesucristo hace nuevo al hombre y a la humanidad. Por Él, los hombres vuelven a ser hijos de Dios, y la creación vuelve a ser Reino de Dios.

Los escritos del Nuevo Testamento proclaman a Jesús, el Mesías, el Hijo de Dios, El Salvador del Mundo. Dan testimonio de su persona, sus palabras y sus obras.

Los libros del NT son una relectura de las promesas, profecías, imágenes, acontecimientos y reflexiones del Antiguo Testamento a la luz de Cristo muerto y resucitado.

Jesús predicó y actuó, pero nunca escribió nada. Los apóstoles y sus discípulos comenzaron a predicar y transmitir de viva voz el mensaje de Jesús. Pero poco a poco vieron la necesidad de ir conservarlo su memoria por escrito. Así fueron naciendo los Evangelios que se compusieron "para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengan vida en su nombre" (Jn 20,31)

Con ocasión de algunas inquietudes, problemas y noticias de diferentes comunidades, van apareciendo las cartas apostólicas destinadas las distintas Iglesias y personas.

El Nuevo Testamento y de una forma singular los Evangelios nos acercan profundamente a Jesús. Allí escuchamos su palabra; allí contemplamos sus actitudes: su entrega fiel al cumplimiento de la voluntad de su Padre, su solidaridad con todos los hombres, especialmente con los pobres y marginados. Allí descubrimos su presencia salvadora.

Los libros del Nuevo Testamento fueron compuestos aproximadamente enre los años 50 y 120 d.C.

Libros Históricos: Los cuatro Evangelios y los Hechos de los Apóstoles.

Libros Didácticos o Sapienciales: Las catorce Cartas de san Pablo y las siete Cartas Católicas.

Libro Profético: El Apocalipsis de san Juan

Con los Evangelios nos acercamos a la vida de Jesús, a sus palabras, sus actitudes. El Evangelio ocupa un lugar especialísimo y una importancia fundamental en toda la Biblia. Podríamos decir que todas las Sagradas Escrituras giran en torno al Evangelio, a Jesús mismo.

Libros Históricos: Los cuatro Evangelios y los Hechos de los Apóstoles.
Cada uno de los evangelistas nos da una perspectiva de Cristo; cuatro caminos para llegar al corazón del Evangelio. 

Marcos es el Evangelio más antiguo y más breve de los cuatro. De él se servirán Mateo y Lucas. El Evangelio de Marcos es una catequesis, un manual básico para los catecúmenos. Es decir: es un Evangelio hecho para esos miembros de la comunidad que comenzaban su itinerario cristiano.

Marcos se propone escribir el “principio” de la Buena Nueva de Jesucristo y levantar el velo sobre la identidad de Jesús. Hizo falta mucho tiempo para que esta identidad sea reconocida por los discípulos y por el pueblo, pues esperaban un Mesías triunfante y no sufriente. Marcos quiere despertar en el catecúmeno, y en nosotros, la misma profesión de fe que Pedro dirá (cf. Mc 8, 29) frente a Jesús que revela su identidad con los hechos de su autoridad, de sus milagros y de sus actitudes. La consigna de silencio que Jesús impone (secreto mesiánico) es para decirnos que quiere recorrer el camino, no de la gloria, sino de la humillación y de la cruz, para salvar a los hombres.

 La tradición lo identifica con Juan Marcos, natural de Jerusalén, primo de Bernabé y compañero de éste en su primer viaje apostólico. No forma parte de los doce apóstoles. También lo presenta como compañero e intérprete de Pedro en la comunidad de Roma.

Este Evangelio se escribió en Roma hacia el año 70, ya que hay datos que sugieren una comunidad que desconocía algunas costumbres judías, y el texto contiene latinismos y alusiones al horario y al derecho romano, equivalencias entre las monedas hebreas y romanas.

             

    Marcos se simboliza con un león porque su evangelio comienza con la predicación del Bautista en el desierto, donde había animales salvajes.


Marcos escribió su Evangelio para los fieles de Roma, provenientes del paganismo

Finalidad del Evangelio de Marcos: Demostrar que Jesús es el Mesías y el Hijo de Dios, el vencedor del poder de Satán, acreditando esto con sus milagros; que padeció, murió y resucitó. Pero un Jesús incomprendido y rechazado por los hombres, no un Jesús de triunfos humanos.


¿Cómo pueden vivirse hoy las enseñanzas de Marcos? Leamos el Evangelio de Marcos a la luz de Jesús viviente. Marcos nos describe a un Jesús en presente: va, pasa, dice, mira...¡Cristo sigue viviendo! Marcos nos invita también a abrir los ojos para que reconozcamos su presencia en nuestra vida ordinaria. Finalmente nos compromete a dar testimonio de Cristo en medio de los sufrimientos y persecuciones; incluso, a dar la vida por Él, si fuera necesario.

Mateo el Evangelio del Catequista
Era empleado de Hacienda, posiblemente a órdenes de Herodes. Cobraba impuestos para el rey. Fue elegido por el Señor para ser uno de los doce íntimos.

Lo compuso entre los años 80-90, probablemente en Antioquia, la capital de Siria.

Lo dirigió a una comunidad cristiana con estas características:

a) Es una comunidad de origen judío: de ahí que el estilo literario, la mentalidad, las alusiones sean fundamentalmente hebraicos.

b) Es una comunidad que se opone al judaísmo: de ahí la polémica contra los fariseos y al pueblo judío en general (cf. Mt 23, 1-26), apegado a las tradiciones y a una mentalidad estrecha. Presenta a Jesús como el que perfecciona el judaísmo.

c) Es una comunidad que busca su identidad en medio de judíos y paganos.

d) Es una comunidad que se abre a los paganos.

 Fin del evangelio de Mateo: se le llama el evangelio eclesial porque intenta formar al cristiano dentro de la comunidad. También se le llama el evangelio del catequista porque presenta un material amplio y bien ordenado de la enseñanza de Jesús, para la instrucción de quien ha recorrido la etapa catecumenal y quiere ya vivir el bautismo en la Iglesia. Da un catecismo del Reino.
Símbolo El ángel (un hombre con alas)

CONCLUSIÓN: Hay un detalle importante que no pasa por alto Mateo: “El velo del Santuario se rasgó en dos, de arriba abajo” (27, 51). Era la cortina que separaba el Santo de los Santos y que a la muerte de Jesús quedó rasgada, para significar, como lo ha entendido la tradición de la Iglesia, que el antiguo culto mosaico había terminado y comenzaba una nueva era, la de la Nueva Alianza, sellada con la sangre del Hijo de Dios. Con ella se abría al hombre la posibilidad de renacer a una nueva vida, dejando atrás el miedo y cualquier forma de pesimismo, porque la muerte había sido superada por la Vida.

Lucas: Evangelio del testigo
 El Evangelio de san Lucas es el Evangelio de la misericordia y tiene como objetivo presentar la ternura de Dios para con todos los pecadores y necesitados. Está escrito en griego culto, pues Lucas es un cristiano educado en ambientes helenistas. Intentó responder a la situación que vivía su comunidad cristiana, amenazada por la rutina y la tentación de aferrarse a los bienes de este mundo. Por eso, invita a la conversión, y para ello nada mejor que recordar las palabras y la vida de Jesús. A Lucas lo pintan con un toro, porque comienza su evangelio con los sacrificios que hacían en el templo, donde cada tarde se sacrificaba una res.
Fue escrito por san Lucas, médico de profesión, hombre culto y perfecto conocedor del griego. Fue discípulo de san Pablo. No fue testigo directo de la vida del Señor. Tal vez fue María la que le proporcionó la mayor parte de la información que se contiene en los primeros capítulos de su evangelio.

Lo debió escribir con anterioridad a la caída de Jerusalén, el año 70. Y los destinatarios de su obra son pagano-cristianos helenistas, no romanos.

Presenta a Jesús como modelo de Profeta ungido, como Salvador, como Señor.

Presenta la Iglesia como una iglesia encarnada en la historia de los hombres, siempre en camino para realizar el plan de Jesús; una Iglesia capaz de desprenderse de todo lo accesorio que le impida seguir caminando. El modo concreto de esta presencia de la Iglesia en la historia humana se narrará en la segunda parte de la obra de Lucas (los Hechos).

Presenta el itinerario del discípulo:
 Primero el discípulo es llamado (Lc 5, 1-11).

Pasa por un estadio de euforia en el seguimiento de Jesús (Lc 9, 20-36).

Jesús lo purifica de su orgullo y le prepara para el momento de la caída (Lc 22, 31-34).

La caída la purificación interior con el mandato (Lc 22, 54-62).


       


                                  Símbolo de San Lucas: el toro






Contenido:

a) Es el Evangelio de la misericordia y de los grandes perdones: en este evangelio encontramos las páginas que mejor hablan de la ternura y misericordia de Dios.

b) Es el Evangelio de la salvación universal: ese perdón y ternura alcanzan a todos los hombres.

c) Es el Evangelio de los pobres: insiste en la predilección de Jesús por los pobres, los marginados, los samaritanos, los despreciados.

d) Es el Evangelio de la oración: presenta a Jesús en oración, enseña a los discípulos a orar; presenta ejemplos de oración en María, en Zacarías, en Getsemaní, en la cruz.

e) Es el Evangelio del Espíritu Santo: el fruto de la oración es el Espíritu Santo. Lucas insiste en el protagonismo del Espíritu Santo en la vida de Jesús y del cristiano.

f) Es el Evangelio de la alegría: una vida de oración, de unión con el Espíritu Santo es fuente de gozo y alegría para todos. La salvación concedida a todos engendra alegría.

g) Es el Evangelio de la radicalidad y exigencias del maestro: la ternura de Dios y el optimismo de la salvación no ocultan las dificultades y las sombras del camino de Cristo y del cristiano. Es una renuncia a las riquezas, sobre todo.

CONCLUSIÓN: Si hemos llamado a Marcos el Evangelio del catecúmeno, porque su objetivo era provocar el acto de fe en Jesús, como Hijo de Dios, a Lucas se le conoce como el Evangelio del testigo o del evangelizador. Una de las razones es porque su estructura es como una formación gradual del cristiano a ser testigo y evangelizador. Lucas enseña al cristiano a llevar la palabra a quien no cree. Precisamente por esto, Lucas sintió la necesidad de continuar con los Hechos de los apóstoles, para poder presentar una serie de ejemplos de catequesis y de evangelización en la Iglesia primitiva.

 JUAN el Evangelio del cristiano maduro. Su símbolo es el águila

El Evangelio de Juan es distinto al resto de los Evangelios. Su visión de Jesús, su lenguaje misterioso, el enfoque de la obra: todo hace de él un Evangelio singular. Se ha dicho de él que es un Evangelio espiritual, y ciertamente lo es. Pero al mismo tiempo es el Evangelio que más insiste en la Encarnación de Jesús y en los detalles más humanos de su vida. Divinidad y encarnación aparecen así como dos caras de un mismo misterio.
 El Evangelio de Juan es una respuesta a la situación que vive su comunidad y contiene una profunda reflexión acerca del misterio de Jesús. Los que se encuentran con Él y lo aceptan, van descubriendo progresivamente la hondura de este misterio, mediante la fe. Y los que lo rechazan, por falta de fe, terminan en la oscuridad y ceguera de su pecado. Todos los signos y milagros están orientados a descubrir una faceta de la riqueza insondable de Jesús. Y los discursos que siguen a los milagros tienen un carácter teológico, es decir, reflexionan sobre Jesús y su misión. A Juan lo pintan con un águila, porque el águila es el ave que más altura consigue, al igual que el evangelio de Juan que se elevó hasta los secretos de la Divinidad.
El autor es Juan, el discípulo amado de Jesús. Su madre Salomé es del grupo de las mujeres que seguían a Jesús para servirlo y está presente en el Calvario. Juan figura siempre en la lista después de Pedro y es de los tres íntimos de Jesús.

Juan escribió la sustancia de su Evangelio a fines del siglo I , cuando ya habían muerto los demás apóstoles y evangelistas. Y luego fue completado y redactado por sus discípulos.

Los cristianos a los que se dirige Juan vivían una situación difícil y compleja:

a) Internamente, había grupos que no aceptaban la superioridad de Jesús sobre Juan Bautista; otros, no aceptaban la divinidad de Jesús.

b) Externamente, había rechazo y persecución. Sus perseguidores son los judíos que aparecen en cada página de su evangelio y que expulsaban de la Sinagoga a los cristianos de esa comunidad. Por eso, esos cristianos vivían atemorizados; algunos tenían miedo de aparecer como discípulos; otros habían abandonado la comunidad. Y la principal tentación de los que aún quedaban era alejarse del mundo y encerrarse en el cenáculo, recluirse en el círculo en el que se encontraban protegidos.

Por eso, esta comunidad ha cerrado filas en torno al “discípulo amado”, Juan.

Fin del Evangelio de Juan: Juan quiere probar que Jesús es Dios verdadero. De ahí que su especialidad sean los discursos teológicos.

CONCLUSIÓN: El Evangelio de Juan es, en realidad, un escrito doctrinal en forma de Evangelio. Su primera intención no es narrar, sino enseñar. El interés principal de esta obra es de carácter teológico; en ella los milagros son signos; los discursos, más que discursos de Jesús, son discursos sobre Jesús. Tales discursos no versan sobre los problemas del tiempo de Jesús (la ley, el sábado, los alimentos puros o impuros, etc...) sino sobre la misión de Jesús en el mundo: ser el Mesías, el enviado del Padre, Luz del mundo, Agua viva, Pan celestial


1 comentario:

  1. visitándoles nuevamente, reciban muchas bendiciones desde mi blog
    www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com

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