30 años de fervor a la Virgen del Rosario
de San
Nicolás
Se cumplen el 25
de este mes. Todo comenzó en septiembre de 1983 cuando Gladys Motta, una vecina
nicoleña, dijo haber experimentado por primera vez la visión de la Virgen María
Primera anotación
: "25.09.83 Vi a la Virgen por primera vez". Cuatro días después, la
mujer escribe "volví a verla". Antes de que pasara una semana, se
precipita el tercer testimonio: "La vi nuevamente". En la cuarta
ocasión de contacto visual con esa presencia sobrenatural que se le presentaba
de repente, se arma de coraje y le pregunta qué quería de ella. "Se borró
su imagen y apareció una capilla. Comprendí que quería estar entre
nosotros", le contaría en esos días la devota ama de casa a su confesor y
a unos pocos íntimos.
En la quinta
aparición arrancaron los diálogos: "Has cumplido, no tengas miedo, ven a
verme, de mi mano caminarás y muchos caminos recorrerás", le habla por
primera vez aquel ser celeste a su elegida como vocera, a la que entonces
encomienda leer siete versículos de Ezequiel. "Son hombres obstinados y de
corazón endurecido aquellos a los que yo te envío, para que les digas: ''''Así
habla el Señor''''", señala el profeta en los textos bíblicos, como
indicando un camino a seguir.
Se inauguró así
la saga de los casi dos mil mensajes "oficiales", que desde hace tres
décadas la Virgen viene encomendando difundir a Gladys Motta, una señora con la
traza de cualquier vecina de un barrio humilde, aunque en rigor se trata de una
persona singular .
Estos episodios
configuran el germen de una de las advocaciones más grandes con las que el
catolicismo argentino venera a la imagen de María: la de la Virgen del Rosario
de San Nicolás.
Con los años, a
medida que la Iglesia fue reforzando su respaldo al relato de Motta, y el boca
a boca se iba extendiendo, la figura de la Virgen rodeada de siete estrellas
("siete gracias") se convirtió en uno de los fenómenos de
peregrinación religiosa más destacados de la Argentina, que se hace
especialmente notorio cada 25 de septiembre, en recordación de aquella primera
aparición.
En atención a
ese fenómeno de masas que despierta la Virgen del Rosario, la ciudad bonaerense
de San Nicolás de los Arroyos, con algo más de 100 mil habitantes se prepara
para atajar un aluvión de creyentes dentro de dos semanas exactas. Hoteles,
campings, restoranes, todos los servicios van a girar al compás de una multitud
deseosa de llevar pedidos, ofrendas o un agradecimiento al templo emplazado en
el "campito", a la vera del Paraná.
Otros eligen
llevarse agua del lugar en grandes bidones, o rezar a coro el rosario. En el
20° aniversario se juntaron más de 400 mil almas. Este domingo que pasó hubo
más de 200 mil personas en la peregrinación entre Rosario y San Nicolás.
"El
Santuario es un espacio oxigenante de la vida cristiana del pueblo. Lo
comprobamos a diario. La Iglesia ha confirmado que la piedad popular está
animada por el Espíritu y ejerce una influencia decisiva en la evangelización
del mundo", dijo el hoy arzobispo
emérito de Corrientes, Domingo Castagna, un nombre decisivo en esta historia
que, por su trama tan peculiar, capturó el interés de investigadores, teólogos,
cineastas, escritores
Ajenos a lo que
pasaba en San Nicolás, en aquel septiembre de 1983, la mayoría de los argentinos
esperaba con ansias la realización de las elecciones presidenciales que
marcarían el fin de la dictadura militar y el inicio de la democracia. De las
apariciones recién se supo sobre el final de aquel año. Pero entonces el tema
interesaba más que nada a publicaciones sensacionalistas que abordaban
cuestiones de misterio, como el fenómeno OVNI.
"Todo
lo que ha pasado en estos años con la Virgen del Rosario hay que verlo como un
hermoso regalo de Dios", dice el padre Pedro Peñalba, parróco de Jesús de
la Divina Misericordia, de La Emilia, distante del santuario un puñado de kms.
Peñalba cree además que entre la franciscomanía y la beatificación del cura
Brochero, el número de peregrinos aumentará: "Es un momento de mucho
fervor", dice entusiasmado
“El Evangelio,
nuestra fibra”
En la
celebración eucarística que presidió el domingo 19 de agosto de 2007 en la
ciudad de San Nicolás, el entonces Arzobispo porteño, hoy Papa Francisco,
recordó que “antes que nosotros hubo una
nube de personas que nos precedieron transmitiendo el mensaje y nos toca ahora
pasarlo”. Junto a otros 16 obispos de todo el país, el Cardenal primado
reclamó “no privaticemos el evangelio
que hemos recibido, es para ser anunciado. El Evangelio no tiene que ser un
maquillaje, tiene que ser la fibra de la que estamos hechos”.
En otro momento
el Cardenal indicó “el cristiano cuando
se le endurece la lengua o cuando se amordaza, deja de ser cristiano, porque un
cristiano no puede callar lo que escuchó, lo que vio, la vivencia del encuentro
con Jesús”.
Al terminar la
celebración, dijo “nos vamos a ir a casa, al terminar este Congreso, con el
deseo grande de no privatizar los que hemos recibido. Con este deseo grande de
seguir caminado junto a esta nube de testigos que nos han precedido y que nos
acompañan, que es la Iglesia. Junto con este deseo grande de ser generosos en
la comunicación del Evangelio. Nos vamos a ir a casa con la bendición del Dios
bueno y bien agarrados de la mano de María, para que no nos perdamos en el
camino”.
Junto a los
otros pastores impartió la bendición y se retiró a visitar el Santuario
Diocesano de la Virgen del Rosario de San Nicolás.
El 31 de agosto pasado, la
Comunidad Jesús Pan de Vida, Parroquia Nuestra Señora del Rosario de la
Diócesis de Avellaneda Lanús, concurrió
en Peregrinación a San Nicolás para venerar a la Madre en su Casa,
anticipándonos al festejo de los 30 años de sus apariciones.
Oración de Padre Fernando
en el Santuario de San Nicolás(31 ago 2013)
¡Señor Jesús!!!
Camino en tu
bendición
Quiero
conocerte cada día más y ser enteramente tuyo
Y ante las
bendiciones y milagros que Tú me das
No callar, ni
esconder tú Nombre
Mostrar tú
Gloria y proclamar tú Presencia.
Eres el Dios
infinitamente grande, Poderoso en Amor y en Maravillas
Eres el Dios
que ha tocado mi vida y mi vida has cambiado.
Señor Jesús… te
amo…
Y gracias por
haber tenido contigo
Hace mucho…, o
hace poco… o hoy!
Un encuentro
personal contigo.
Ya sé que tú
eres el Dios Misericordia,
El Dios que me
abraza con su perdón y me quiere cambiar la vida porque me ama.
El Dios que me
ha liberado, el Dios que me ha sanado,
El Dios que
puede hacer en mí milagros y maravillas.
Jesús, ven a
mí! Dame de tu bendición.
Tócame la vida.
Dame de tú Paz.
¡Jesús, sáname,
sáname!
Porque cuando
entré por primera vez por aquella puerta
Tú visitaste mi
vida como en María
Y como en María
Santísima quieres también cambiarme la vida.
Yo te pido que
me bendigas en mi vida, en mi familia, en mi salud, en mi trabajo,
Y pueda decir
como la Virgen. “¡El Señor hizo en mí maravillas!”
Lo digo para mí
y como Ella lo digo para el mundo
¡Gloria a Dios!
Tócame Jesús,
sácame de mis egoísmos, avaricias, miserabilidades.
Faltas de
misericordia, de mis depresiones, de mis angustias,
De mis tristezas,
de mis frustraciones.
Sácame! y hazme
ser libre, libre en tú Amor.
Toca Jesús, y
aunque grande sea mi prueba
Más grande es
el amor que me tienes.
Tócame Jesús,
libérame y cambia mi vida.
Hoy extiende tu
mano sobre mi casa, conviértelos,
Convierte a mi
familia, a mis amigos.
Que al verme a
mí, ellos puedan sentir el perfume de tú Presencia.
Yo rezo por
ellos. Y sé que en el mientras tanto,
Tú los
bendices, los liberas, los proteges y los sanas.
Pero te pido
también, que reciban la más grande bendición:
Volver a Ti
como yo he vuelto.
Oh Dios,
líbrame por el poder intercesor de María!
Que María ahora esté cubriendo con su manto esta
asamblea de fe,
Que María
este cubriendo con su manto ahora mi
vida
Como cubrió al
Niño de Belén y al Jesús de la Cruz.
Sáname Señor de
toda enfermedad maligna, contagiosa, de toda enfermedad que hoy quiera
destruir, debilitar, quebrantar mi salud
física.
Mi cuerpo es
templo. Restáuralo, sánalo, fortalécelo.
Señor Jesús,
sáname, sáname
Y ayúdame en tu
nombre a tener una nueva vida .
Jesús te pido
bendiciones.
Jesús te pido
sanación.
Líbrame de
enfermedades cerebrovasculares, neurológicas, en la vista, en la boca, en los
oídos.
Sana mis vías
respiratorias, mis pulmones,
Líbrame de
vicios, de enfermedades.
Sana mis arterias,
mis venas, mi corazón. Líbrame de
enfermedades cardíacas.
Señor Jesús,
tócame. Dios de los milagros. Jesús Pan de Vida.
Que te escuche
en la Palabra para que me enseñes a vivir y me sanes.
Y te recibí en
la Santa Comunión para que me liberes de toda enfermedad y mal.
Señor… líbrame
de enfermedades tumorales, cancerígenas, quistes, anemias, leucemias,
Enfermedades
dolorosas, deformantes en la piel, en los huesos,
Enfermedades
malignas, contagiosas, virósicas, bacterianas.
Se mi escudo.
Tú bendición sea escudo en mi vida.
Amo la vida que
me regalaste y por eso te pido sanación. Hasta el día en que Tú quieras.
Señor como hijo
tengo el derecho de pedirte sanación
Y como hijo
tendré el deber de amarte y proclamarte.
Es un
intercambio de amor.
Sáname en mi
sistema nervioso, bendice el pan nuestro de cada día,
Quítame todo
espíritu de pobreza, sácame de toda mediocridad,
Sana mi sistema
digestivo, hepático, renal
El
funcionamiento de mi cuerpo bendecido y armonizado por tú bendición.
Y si hay una enfermedad
oculta, escondida o que se vuelve a repetir
Oh dios
libérame!
Has que no sea
cobarde. Que por la fe sea valiente.
Que no
solamente crea en Dios, sino que le crea a Dios.
Hoy sáname,
prospera la obra de mis manos, multiplica mis vienes para tu gloria y para yo los disfrute.
Y que mi copa
sea rebozante sea generoso en mi alrededor sin medir, como Tú nunca has medido
sobre mí.
Eres sin igual,
el mejor, el único.
El Esposo de mi
alma.
Sáname, sáname,
sáname!
Y que María me
ayude a hacer lo que ella dijo en el Evangelio, para ser una persona bendecida
y sanada:
“Hagan los que
Él les diga”
Señor: ¡Que sea
obediente a tu Divina voluntad!
Sáname, sáname,
sáname Jesús
Amén,
amén, amén.
Te esperamos el
25
PARROQUIA NUESTRA
SEÑORA DEL ROSARIO
Giribone 925
(Altura de Av.H. Yrigoyen al 900)
Avellaneda
Avellaneda
María,
Reina,Virgen y Madre
Cuando tenemos
miedo acudimos a Ti porque eres valiente, cuando dudamos volvemos los ojos a Ti
porque eres Verdad.
Autor: María
Esther de Ariño | Fuente: Catholic.net
Si seguimos a
Jesús no es posible hacerlo sin pensar, sin volver el corazón y la mente a la
imagen de su Madre, una mujer como tú, como yo, de la misma especie humana que
tu, hombre que me lees...
Por Ella, por
su decir ¡SI!, Cristo se formó en sus entrañas por obra del Espíritu Santo y ahí,
en ese momento único, grandioso y sublime, empezó a crecer en su seno virginal
hasta hacerse hombre el Hijo de Dios, que un día, y en una cruz de madera,
moriría por la SALVACIÓN DE TODA LA HUMANIDAD. Humanidad, donde estabas tú,
donde estaba yo.... ¡Oh, incógnita divina!
Ella supo de
despedidas. Ella supo de soledades, de ausencias del que era todo el amor de su
vida. Ella sin comprender nada aceptó que su amado hijo Jesús, vivía del gran
misterio de Dios y se alejaba de ella cada vez más... para cumplir una MISIÓN.
Y al pie de la
cruz, mientras lo veía agonizar, con el amado rostro desfigurado, con los pies
clavados y los brazos extendidos, como queriendo abrazarnos, aceptó, porque El
se lo pedía, que lo sustituyera como hijo por el discípulo JUAN y a si
convertirse en una MADRE UNIVERSAL.
El Padre
Ignacio Larrañaga dice: "Madre del silencio y de la Humanidad, tú vives
perdida y encontrada en el mar sin fondo del Misterio del Señor. Eres
disponibilidad y receptividad, eres fecundidad y plenitud, eres atención por
los hermanos, estás vestida de fortaleza"
Cuando tenemos
miedo acudimos a Ti porque eres valiente, cuando dudamos volvemos los ojos a Ti
porque eres Verdad, cuando la tristeza nos invade acudimos a Ti que fuiste
Madre de dolores y recibimos tu fuerza, cuando el creer se nos hace difícil...
nos sentimos seguros porque tú, eres Virgen Fiel, Espejo de Justicia y Trono de
sabiduría y estás llena de Gracia, de Consuelo y Misericordia.
Por eso el rezo
del santo Rosario es una comunicación con María, virgen y Madre. Con él vamos
repasando todos los momentos de su vida y la de su Hijo Jesús. En el rezo de
sus Ave-Marías, le pedimos insistentemente que, seamos dignos de alcanzar las
promesas de Cristo y también le decimos que nos ampare ahora y en la hora de
nuestra muerte, tal vez, cuando nos llegue ese momento, Ella, María la Madre de
Dios y Madre nuestra, recuerde las veces que se lo pedimos y venga a buscarnos,
auxiliadora, solícita y llena de amor para llevarnos al Padre como buena
mediadora, y a si obtendremos el amoroso y esperado abrazo de Dios.
¡Madre y
Virgen, REINA de la Paz, ruega por nosotros y por el Mundo entero!
Corazón inmaculado de María!, desbordante de amor a Dios y
a la humanidad, y de compasión por los pecadores, me consagro eternamente
a ti. Te confío la salvación de mi alma. Que mi corazón este siempre unido al
tuyo, para que me separe del pecado, ame más a Dios y al prójimo y
alcance la vida eterna junto aquellos que amo. Medianera de todas las gracias,
y Madre de Misericordia, recuerda el tesoro infinito que tu divino Hijo
ha merecido con sus sufrimientos y nos confío a nosotros sus hijos. Llenos de
confianza en tu maternal corazón, que venero y amo, acudo a ti en mis
apremiantes necesidades. Por los méritos de tú amable e inmaculado Corazón y
por amor al Sagrado Corazón de Jesús, obtenme la gracia que pido.
Amen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario