VATICANO,
22 Sep. 13 / 07:26 am (ACI/EWTN Noticias).-
El
Papa Francisco celebra la Santa Misa en el Santuario de Nuestra Señora de
Bonaria, vinculado de modo especial a su ciudad natal de Buenos Aires al que
debe su nombre. Fuera de la basílica el Pontífice mantuvo un encuentro con las
autoridades civiles, y otro con los enfermos. Mientras en la explanada del
santuario mariano el Santo Padre está celebrando la Santa Misa.
En el
marco del rezo del Ángelus, Francisco pidió hoy el esfuerzo y la
colaboración de todas las instituciones para garantizar el derecho al trabajo y
solicitó "ser siempre hijos de María y de la Iglesia siguiendo el ejemplo
de los santos". Tras la oración, el Sumo Pontífice saludó y besó a los
enfermos que se acercaron al santuario de Nuestra Señora de Bonaria.
Un Fiat
500 L esperó al Papa al pie de la escalerilla del avión que lo depositó en Cerdeña
a las 8 y 20 de la mañana (hora italiana, las 3 y 20 de la Argentina) para una
agenda de seis actividades en las diez horas que durará su presencia en
la capital de la isla, Cagliari. En ese vehículo hizo su primer desplazamiento
por la ciudad, con el ya habitual baño de multitudes.
El papa Francisco arremetió este domingo contra el sistema económico vigente
en el mundo que tiene como "ídolo el dinero", durante un conmovedor
encuentro en la isla de Cerdeña con desempleados y empresarios afectados por la
grave crisis económica que padece Italia.
Que la Paz de Nuestro Señor esté
siempre con ustedes.
Hoy se realiza este deseo que les había anunciado en la plaza de San Pedro,
antes del verano, de poder visitar el Santuario de Nuestra Señora de Bonaria.
He venido para compartir con ustedes
las alegrías y esperanzas, fatigas y empeños, ideales y aspiraciones de vuestra
isla, y para confirmarles en la fe. También aquí en Cágliari como en toda Cerdeña,
no faltan las dificultades,hay tantos,problemas y preocupaciones: pienso en
particular a la falta de trabajo y a su precariedad, así como la incerteza por
el futuro.
Cerdeña, esta vuestra bella región,
sufre desde hace mucho tiempo muchas situaciones de pobreza, acentuadas por su
condición insular. Es necesaria la colaboración leal por parte de todos, con el
empeño de los responsables de las instituciones,también la Iglesia,para
asegurar a las personas y a las familias los derechos fundamentales y hacer
crecer una sociedad más fraterna y solidaria. Asegurar el derecho al trabajo
para llevar el pan a casa ganado con el trabajo.
Les estoy cerca, les recuerdo en mis
oraciones, y les doy coraje para que perseveren en el testimonio de los valores
humanos y cristianos tan profundamente radicados en la fe y en la historia de
este territorio y de su población. ¡Mantengan siempre encendida la luz de la
esperanza!
He venido medio de ustedes para
ponerme con ustedes a los pies de la Virgen que nos da a su hijo. Se bien que
María, nuestra Madre está en vuestro corazón, como testimonia este Santuario en
el cual muchas generaciones de sardos subieron y continuarán a subir, para
invocar la protección de la 'Madonna di Bonaria', patrona Máxima de la Isla.
Aquí ustedes traen sus alegrías y los sufrimientos de esta tierra, de sus
familias y también de los hijos que viven lejos, que muchas veces debieron
partir con gran dolor y nostalgia para buscar un trabajo y un futuro para sí y
para sus seres queridos.
Hoy todos nosotros aquí reunidos
queremos agradecer a María porque siempre nos está cerca, queremos renovar a
ella nuestra confianza y nuestro amor.
La primera lectura que hemos
escuchado nos muestra a María en oración en el Cenáculo, junto a los apóstoles,
esperando la efusión del Espíritu Santo. María reza, reza junto a la comunidad
y a los discípulos, y nos enseña a tener plena confianza en Dios, en su
misericordia. ¡Esta es la potencia de la oración!
¡No nos cansemos de golpear a la
puerta de Dios. Llevemos al corazón de Dios, a través de María, toda nuestra
vida, cada día!
El en evangelio vemos sobre todo la
última mirada de Jesús hacia su madre. Desde la cruz Jesús mira a su madre y le
confía al apóstol Juan diciendo: 'Este es tu hijo'. En Juan estamos todos, también
nosotros, y la mirada de amor de Jesús nos confía a la custodia materna de la
Madre. María habrá recordado otra mirada de amor cuando era una joven: la
mirada de Dios Padre que había mirado su humildad, su pequeñez. María nos
enseña que Dios no nos abandona, puede hacer cosas grandes a pesar de nuestra
debilidad. ¡Tengamos confianza en Él! Llamenos a la puerta de su corazón.
Y el tercer pensamiento: hoy he
venido en medio de ustedes, más aún, hemos venido todos juntos para mirar hacia
la mirada de María, porque allí está como que el reflejo de la mirada del
Padre, que ha hizo Madre de Dios, y la mirada del Hijo desde la cruz, que la
hizo Madre nuestra. Y con esa mirada hoy María nos mira, Necesitamos su mirada
de ternura, de su mirada materna que nos conoce mejor que cualquier otro, de su
mirada llena de compasión y de atención.
María, hoy queremos decirte: ¡Madre,
danos tu mirada! Tu mirada nos lleva a Dios, tu mirada es un don del Padre
bueno, que nos espera a cada giro de nuestro camino, es un don de Jesucristo en
la cruz que carga sobre sí nuestros sufrimientos, nuestras fatigas, nuestro
pecado. Y para encontrar a este Padre lleno de amor hoy le decimos: ¡Madre
dónanos tu mirada!
Digámos todos juntos: Madre dónanos
tu mirada, Madre dónanos tu mirada.
Pero en el camino que muchas veces es
difícil, no estamos solos, somos muchos, somos un pueblo, y la mirada de la
Virgen nos ayuda a mirarnos entre nosotros de manera fraterna. ¡Mirémonos de
manera más fraterna! María nos enseña a tener aquella mirada que busca acoger,
acompañar, proteger. ¡Aprendamos a mirarnos los unos a los otros bajo la mirada
materna de María! Hay personas que consideramos instintivamente menos y que en
cambio tienen más necesidad de nosotros: los más abandonados, los enfermos, los
que no tienen de que vivir, los que no conocen a Jesús, los jóvenes que están
en dificultad. Los jóvenes que no encuentran trabajo.
No tengamos miedo de salir y mirar a
nuestros hermanos y hermanas con la mirada de la Virgen. Ella nos invita a ser
verdaderos hermanos. Y no permitamos que algo o alguna cosa se interponga entre
nosotros y la mirada de la Virgen. ¡Madre dónanos tu mirada!
Nadie nos lo esconda. Nuestro corazón
de hijos sepa defenderlo de tantos charlatanes que prometen ilusiones; de
quienes tienen una mirada ávida de vida fácil, de promesas que no se pueden
cumplir. No nos roben la mirada de María que está lleno de ternura, que nos da
fuerza y que nos vuelve solidarios entre nosotros.Todos digamos: ¡Madre,
dónanos tu mirada!¡Madre, dónanos tu mirada! ¡Madre, dónanos tu mirada!
Nuestra Señora del Buen Aire les
acompañe siempre en su vida.
Queridos hermanas y hermanas.
Antes de concluir esta celebración, les saludo con afecto, en particular a mis hermanos los obispos de Cerdeña a quienes agradezco.
Aquí a los pies de la Virgen quiero agradecer a todos y a cada uno de ustedes, queridos fieles, sacerdotes, religiosos y religiosas. Las autoridades y en manera especial a todos quienes colaboraron para organizar esta visita pastoral. Sobretodo quiere confiarles a la protección de María, Nuestra Señora de Bonaria. Si bien en este momento pienso a todos los numerosos santuarios marianos de Cerdeña. Vuestra tierra tiene una relación fuerte con María, una relación que se expresa vuestra devoción y vuestra cultura.
¡Sean siempre verdaderos hijos de María y de la Iglesia y demuéstrenlo con vuestra vida, siguiendo el ejemplo de los santos!
Y sobre esto recordamos que ayer en Bérgamo, fue proclamado el beato Tommaso Acerbis da Olera, fraile capuchino, que vivió entre los siglos XVII y XVIII. ¡Demos gracias por este testimonio de humildad y de la caridad de Cristo!”
Y después de la bendición dijo: ¡Les deseo que tengan un buen domingo y también, 'un buon pranzo'!
ROMA, 21
Sep. (EUROPA PRESS) –
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